Los Vengadores ¿Cómo llegamos a esto? Parte 2

Nano, El enano

RoadToAvengers2TitleEn el post anterior, hablábamos sobre las películas seriales de superhéroes como Superman, Batman y El Fantasma; de cómo los dos primeros mantuvieron vivo el género desde la trinchera de la televisión y de cómo Superman, La Película (Superman: The Movie, 1978, Dir. Richard Donner) le dio un nuevo aire al cine de superhéroes, sin embargo, mucho antes de que pudiéramos gozar de películas como Batman Inicia (Batman Begins, 2005, Dir. Christopher Nolan) y Thor (2011, Dir. Kenneth Branagh), hubo una época en la que los Caballeros de la Noche usaban batipezones y bati-tarjetas de crédito y las Tortugas Ninjas tenían que ser hechas con animatronics (técnica legendariamente ancestral hecha a base de marionetas electro-mecánicas y condenada al olvido a partir de la aparición de los grandes saurios digitalizados).

Después del éxito sin precedentes que logró la versión cinematográfica de Superman, las casas productoras empezaron a apostarle a un mercado poco explotado que prometía dejarles bastantes ganancias, sin embargo, los avances en maquillaje y demás efectos visuales no eran suficientes para materializar las grandes historias que el cómic tenía por esos años. Fue así que surgieron varios bodrios cinematográficos como Superchica (Supergirl, 1984, Dir. Jeannot Szwarc) y algunas cuantas películas rescatables.

rwpopeyeLa Cosa del Pantano (Swamp Thing, 1982, Dir. Wes Craven) es uno de los ejemplos que nos dejó ese cine de superhéroes de los ochentas, junto con El Vengador (The Punisher, 1989, Dir. Mark Goldblatt), en donde grandes personajes con grandes historias eran reducidos a simples remedos de cine de acción, o eran simplemente ridiculizados de principio a fin, sin que los guionistas conocieran las motivaciones o la filosofía de los personajes, como fue el caso de Howard el Pato (Howard The Duck, 1986, Dir. Willard Huyck) o el Popeye (1980), dirigida por Robert Altman y con las actuaciones de Robin Williams y Shelley Duvall.

Ahora, que si de buenas adaptaciones queremos hablar, podemos ampliar un poco más el espectro y hablar no solamente de superhéroes, sino de personajes basados en cómics y podremos mencionar al Conan que interpretara gloriosamente Arnold Schwarzenegger con toda su mole barbárica en dos ocasiones, Conan: El Bárbaro (Conan The Barbarian, 1982, Dir. John Millius) y Conan: El Destructor (Conan The Destroyer, 1984, Dir. Richard Fleischer); o el Flash Gordon (1980) de Mike Hodges y producido por Dino de Laurentis con una banda sonora memorable interpretada por Queen. También nos topamos con personajes como Darkman (1990, Dir. Sam Raimi), que tuvo que ser creado en respuesta a la constante negativa de las editoriales de comics a ceder los derechos de sus personajes  a un joven caprichoso, fanático del Hombre-Araña que quería hacer un filme sobre superhéroes llamado Sam Raimi (¿Qué vueltas da la vida, no?)

Por fortuna, Warner Bros. volvió a salvar la década que parecía perdida al apostar por otro personaje de DC Comics y dejarlo en manos de un novel director, y un actor que no fue aceptado del todo por los fanáticos, fue así que Batman (1989, Dir. Tim Burton) una vez más puso a los superhéroes en el mainstream gracias a la gran campaña mercadológica que inició Warner para asegurar el éxito de su película.

Si quieren saber qué sucedió con los superhéroes en el cine durante los noventas, no se pierdan la tercera entrega de nuestro especial de Los Vengadores ¿Cómo llegamos a esto?, esta semana, solamente en CineNT.com

Batman1989

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