Breaking Bad marca una era de las series modernas de televisión, la crudeza de los temas manejaba y la acertada dirección de actores la volvieron un clásico instantáneo, lo que hizo muchos se lamentaran cuando la misma llegó a su fin. La productora con ánimo de complacer a los espectadores produjo, junto a Netflix, un spin off de la misma, la cual sigue la historia del abogado de Mr. White, el infame Saul, quien estelariza Better Call Saul.
Better Call Saul se sitúa en 2002, seis años antes de lo acontecido en Breaking Bad. La serie se centra en Jimmy McGuill (Bob Odenkirk), quien más tarde cambia su nombre a Saul Goodman, un abogado corrupto, con un humor políticamente incorrecto y que empieza a crear una importante red de contactos; que en el futuro le llevará a trabajar con Heisenber, el narcotraficante más temido de Nuevo México. A McGuill le acompañarán su hermano Chuck, otro abogado de éxito y máximo referente de Jimmy; Kim Wexler, una vieja amiga y Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks), futuro hombre de confianza del abogado del que podremos conocer su pasado.