La Vida Después, Opera Prima del CCC en la Bienal de Venecia

LaVidaDespuesEl Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) sigue adelante en la excelente racha que le ha permitido llevar sus más recientes trabajos a diversos festivales de cine en todo el mundo y ahora se congratula en anunciar que la Opera Prima de David Pablos, La Vida Después, irá a la Bienal de Cine de Venecia donde se presentará en la sección Orizzonti.

Dirigida por David Pablos, La Vida Después participará en la sección “Orizontti Nuevas tendencia del cine mundial”  junto a 16 largometrajes provenientes de países como: Italia, Suiza, India, Japón, Argentina, China entre otros; es una de las dos producciones que representa a latinoamérica y la única de México en todo el certamen. La película fue seleccionada entre 1,534 producciones recibidas y competirá por el premio a Mejor Película, Mejor Director y Premio Especial del Jurado.

Orizzonti es una de las cuatro secciones del festival junto con la Competencia, Fuera de Competencia y Venezia Classici representan “un retrato del estado actual del cine contemporáneo: intencionalmente estratificado y variado” de acuerdo a su director Alberto Barbera.  El jurado está conformado por Paul Schrader (presidente), Catherine Corsini  (directora francesa), Leonardo Di Constanzo (director italiano), Frederic Fonteyne (director belga), Ksenia Rappoport (actriz rusa), Amr Waked (actor egipcio)  Golshifteh Farahani (actriz iraní).

Este largometraje de 90 minutos nos narra la vida de Samuel y Rodrigo quienes comienzan un viaje en busca de su madre quien desaparece de manera extraña, dejando una nota en la mesa, que dice: “Tuve que salir. Mamá”. La relación entre los hermanos se vuelve tensa y se fractura conforme viajan por el paisaje desértico siguiendo pistas basadas en recuerdos de su infancia.  La película se filmó en Sonora y la Ciudad de México y cuenta con la actuación de Américo Hollander, Rodrigo Azuela y María Renée Prudencio

La película también se presentará en Sala Web, un teatro web lanzado el año pasado que ofrece al público virtual la oportunidad de ver en línea las películas de la sección Orizzonti en paralelo a su proyección oficial en el Lido.  El visionado está limitado a 500 conexiones web.

David Pablos es egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica, recibió la beca Fulbright para cursar una especialidad en dirección cinematográfica en Columbia University, en Nueva York. Ha sido becario del FONCA y en el año 2009 fue seleccionado para participar en Berlinale Talent Campus. En el 2010 su documental Una Frontera, Todas Las Fronteras se estrenó internacionalmente en el IDFA, en la sección oficial de competencia.  Su cortometraje La Canción De Los Niños Muertos recibió el Ariel por el mejor cortometraje mexicano y el premio a mejor dirección Henri Langlois, 2009.

En palabras del director:  “La vida después gira en torno a la búsqueda de un hogar, de una casa, siguiendo la premisa de que el hogar no es necesariamente aquél en donde nos tocó nacer. Trata sobre cómo el individuo, desde joven, busca su lugar en el mundo y poco a poco se tiene que abrir paso en él, y dentro de él. Esta es también una historia sobre la herencia de padres a hijos, que va más allá de los rasgos físicos, y se hace visible en la vida cotidiana, en la forma en que nos desenvolvemos e interactuamos con los otros. Mi historia trata sobre dos hermanos en una búsqueda - la búsqueda más como un pretexto para ahondar en su relación - y cómo los roles entre ellos cambian. Los nombres de los hermanos son Samuel y Rodrigo. Samuel, mi personaje principal, madura con rapidez al tener que ser autosuficiente a tan temprana edad, debido al abandono materno. Es así como él descubre que la casa que desea no está en su familia (su hermano), lo que le llevará a buscar y construir su propio nicho. Por lo tanto, esta es una historia, también, sobre la redención. A partir de todos estos elementos planteados quiero reflexionar sobre el perdón y la fraternidad. ¿Debemos amar a nuestros hermanos por el simple hecho de ser nuestros hermanos? ¿A nuestros padres?

En el mismo tono personal, esta es una película sobre la relación con mi propio hermano, sobre el cómplice al que perdí hace años, aquél que tanto amo y tanto me duele. Es una película para el hermano al que a veces desearía recuperar, y al que aún espero poder acercarme, a pesar de todo. En el fondo, esta película es un cuestionamiento sobre dicha dicotomía, de apego y desapego, en las relaciones familiares”.


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