La competencia de la sección Largometraje Mexicano del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM) inició de manera positiva al mostrar Un monstruo de mil cabezas, dirigida por Rodrigo Plá (La zona, 2007). “Estamos emocionados de compartir por primera vez esta película en nuestro país”, comentó el cineasta mexicano luego de haber mostrado su cuarto largometraje de ficción en la pasada edición del Festival de Cine de Venecia.
La cinta, basada en la novela homónima escrita por Laura Santullo, recibió aplausos y elogios de parte de la prensa. “La novela es un monólogo en primera persona. Esa estructura fue cambiada en la pantalla para abordar la multiplicidad de puntos de vista y otras perspectivas que ayudaran a encontrar un equilibrio en la historia”, comentó Plá.
Un monstruo de mil cabezas nos acerca a la vida de Sonia Bonet, una mujer que hará lo que sea con tal de conseguir el tratamiento que su marido necesita para seguir con vida. “La situación que vive nuestro personaje es muy dramática. Hay un quiebre emocional al enfrentarse a un gran monstruo que en este caso es una aseguradora médica”, agregó el también director de La demora (2012).
Rodrigo Plá apuntó que esta experiencia se puede trasladar a muchas otras donde una persona se convierte tan solo en un número. Ante la desidia y la corrupción de las empresas o instituciones, existe una impotencia que puede devenir en violencia.
La película es protagonizada por Jana Raluy y Sebastián Aguirre. Al reparto se integran actores como Emilio Echeverría, Daniel Giménez Cacho, Noé Hernández, Úrsula Pruneda, Harold Torres y Verónica Falcón, entre otros.
Sobre el humor que contiene la cinta en algunas escenas, la guionista Laura Santullo explicó que representa una apuesta a la naturalidad de la historia. “Es absurdo pero podía pasar. Apostamos a lo que ocurre en la vida normal aún en situaciones infelices", dijo.
Destacó que el guión se fue transformando durante el rodaje gracias a que encontró los mecanismos necesarios para trabajar junto a Rodrigo Plá. “Yo disfruto estar en los ensayos y en el rodaje. Somos un gran equipo.”
Uno de los mayores logros en la adaptación del guión fue gracias al uso de la cámara, con la que se hicieron movimientos en el encuadre con el objetivo de representar recuerdos y contradicciones entre las declaraciones que hacen los personajes –presentadas en voz en off-, y lo que se ve en la película.
Esta producción es apoyada por el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), a través del Fondo de Inversión y Estímulos al Cine (Fidecine) y del Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional (Eficine 189 Producción).