Alejandro del Solar presentó en el 10 Festival Internacional Cine de Morelia El paciente interno, un documental que retrata un oscuro capítulo de la historia mexicana, el caso de Carlos Castañeda de la Fuente, quien en 1970 intentó asesinar al presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Hoy, Castañeda de la Fuente que pasó recluido 23 años en un psiquiátrico, es un hombre de la tercera edad que se ha convertido en un indigente, que vaga por las calles lleno de devoción religiosa y con el recuerdo de este periodo que le privó de su libertad, misma que se ve reflejada en El paciente interno.
“Es una historia insólita, y me pareció por supuesto también de alguna manera diferente de los sucesos que tuvieron que ver con ese capítulo de la historia del 68. El hecho de que ese hombre todavía estuviera caminando por las calles de la ciudad de México, sobre todo en su circunstancia de indigencia, de personalidad vulnerable, me parecía que eso también significaba un poco el olvido”, comenta su realizador Alejandro Solar Luna.
Solar Luna, quien recibiera apoyo del IMCINE y de la escuela de la cual egresó, el CUEC, conoció el caso en un periódico en el 2004, publicada en cuatro entregas en La Jornada bajo la pluma de Gustavo Castillo. En ese momento fue que decidió emprender la búsqueda de este hombre, que al final le obsequiaría de propia voz su relato.
“Yo siempre digo que él me regaló la película, de alguna manera nos regaló a todos la historia, yo sólo fui un medio para contarla, afortunadamente tuve un buen vínculo, él confió en mi. Siempre quise respetar el daño que le hicieron, quise ponerlo como un sobreviviente, encumbrarlo. El principal reto fue colocarlo a la altura de la anécdota, por lo que yo llegué a él”, reconoce.
Alejandro asegura que fue una suerte de “invocación” que colocó en el camino a Carlos Castañeda de la Fuente, un hombre olvidado y disminuido a tal grado que su caso nunca fue confinado de forma legal. Marginado pasó 23 años en un hospital psiquiátrico, en el pabellón de los enfermos mentales que habían cometido delitos atroces.
“Habiendo contactado a la abogada Norma Ibáñez que colaboró para liberarlo, me conecta con el psiquiátrico, me da toda la información de papeles, etc. Ella una tarde de agosto de ese 2008, cuando yo había arrancado la investigación, me marca por teléfono y me dice que lo tiene enfrente, que se lo encontró, yo me quedé pasmado por esta casualidad de habérselo encontrado después de 15 años de no saber de él. Le dije tómale una foto. Él no la reconoce del todo pues tiene un padecimiento mental, que parece indicar fue a consecuencia de esta estancia en el hospital psiquiátrico”, recuerda.
De ahí Alejandro Solar comenzó el transitar para poder localizarlo, desde contratar a una investigadora privada para que lo hallara, hasta el momento del acercamiento donde Solar Luna busca contar este capítulo; siempre con la cautela por tocar una etapa que marcó la vida del personaje.
En el segundo día de rodaje nuevamente Carlos Castañeda emerge de entre las calles, en ese momento y con una cámara en mano, deciden seguirlo de lejos. “Después de cuatro años de desarrollar el proyecto ahí estaba ante mis ojos, entonces lo seguí, hasta que lo abordé, entonces me di cuenta a los diez minutos de estar platicando con él, que quería contar su historia. De inicio no sabía a lo que me iba a enfrentar […] pues 23 años de encierro en un hospital siquiátrico qué secuelas podría haberle causado. Pero resultó que a los diez minutos ya me estaba contando su historia”.