IMCINE en FICM 2012: Partes de una Familia

Partes de una familiaDentro de la sección de documentales del 10 Festival Internacional de Cine de Morelia se presentó Partes de una familia de Diego Gutiérrez la cual muestra la historia de Gina y Gonzalo quienes viven en su propio mundo: una formidable casa en un terreno de 4000 m2 junto a la Ciudad de México. Muros con alambre de púas mantienen distante al mundo exterior. Es su hijo, el cineasta Diego Gutiérrez, quien nos cuenta su historia. Es el retrato de cómo una relación entre dos personas tras el pasar de los años, puede pasar de un gran amor a una prisión asfixiante.

En qué momento un idilio en pareja puede degradarse a tal grado donde en un hogar reina la total indiferencia; cómo podría uno compartir su tiempo por décadas con alguien que se ha vuelto completamente ajeno; en qué momento el desasosiego y la incomprensión se vuelven tan fuertes en una pareja, ese es el universo en el que se desenvuelve Partes de una familia.

“Mi madre ya estaba molesta desde que mi padre empezó a escribir sobre su vida y aventuras, pero se puso furiosa cuando mi esposa Linda -quien fue mi asistente- y yo, comenzamos a seguir a mi papá por todas partes con la cámara. Mientras filmábamos a mi papá, mi madre aparecía al fondo del encuadre cada tanto, como si ignorara el hecho de que estábamos haciendo una película sobre mi papá”, recuerda Diego.

Esta cinta no sólo hace un retrato de su familia, sino enmarca una reflexión sobre los momentos en que una pareja puede construir bajo un hermoso techo, un espacio complejo de compenetración y desesperanza con el otro.

“No fue sino hasta que una noche que entrevisté a mi madre y la noche siguiente a mi padre que me di cuenta que me importaba el tema y que tenía algo que decir”.

“Ella sólo estaba hablando y diciendo no me gusta esto, ni lo otro, pero cuando le pregunté ¿qué te gusta de él?, se quedó muda, fue uno de los momentos más fuertes. Finalmente me respondó: -creo que lo que me gustó está tan a la distancia que ya no me acuerdo-, eso fue lo que me movió”, agrega.

Era un tema tan sensible, que en muchas ocasiones el director Diego Gutiérrez, debía intercambiar posiciones de realizador a hijo y viceversa, sin embargo, siempre intentó que esta mirada subjetiva no lo incluyera dentro de la cinta más que como un espectador.

“Hay muchas películas de cineastas que hacen retratos de sus padres o con sus padres, y por lo general, esas son cintas donde la relación padre e hijo, juegan un rol muy importante. En este caso trato de hacer un retrato de ellos, y no tanto un triángulo entre ellos y yo”, aclara.

Al finalizar la filmación, Diego Gutiérrez les mostró la película a sus padres: “Tras un largo silencio, mi papá dijo: -Vale la pena mostrarla. Es como un filme de Bergman… toca aspectos que conciernen a cualquier ser humano en este planeta-“ acabó diciendo.


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