Demián Bichir entra al escenario del Teatro Insurgentes con paso firme, contento, si esta tenso logra ocultarlo bien con una máscara de serenidad, el lugar está atascado de medios de comunicación, los mismos que hace unos meses lo ignoraron por completo cuando estrenó la película por la cual hoy están aquí, Una Vida Mejor (A Better Life), la que lo ha llevado a estar nominado al Oscar 2012.
Lo que se había anunciado como una breve plática de Bichir con una corta sesión de preguntas y respuestas se transformó en una agradable conversación de casi dos horas donde el actor no sólo compartió sus opiniones sobre el Oscar sino sobre la situación que viven los migrantes en Estados Unidos.
Comienza su encuentro con la prensa en México comentando que el domingo pasado había terminado los ensayos de la obra de teatro Nadando con Tiburones y que se había despertado el lunes con una laringitis terrible que lo mantuvo en cama todo el día, su novia en Los Angeles le había dicho que si algo pasaba en las nominaciones al Oscar ella le avisaría, pero que al sonar su celular el martes lo primero pensó fue que no había pasado nada, que si así fuera todos los demás teléfonos estarían sonando. Y sonaron. “Me dije: Ya cayó”. El estar nominado para él es un evento único, especial, muy fuerte, emocionante. Un honor.
Hubo momento para muchas anécdotas una de ellas sucedida durante el rodaje de Amigos por Accidente (The Runway¸ Ian Power 2011) donde, curiosamente, comparte crédito con su hermano Bruno (cuando presentó la película en México recordó que el director buscaba alguien que interpretara a su hermano en ella y él le dijo que tenía 2), al estar contemplando el Mediterráneo lo volteó a ver y le dijo “Honestamente, cuando estábamos viviendo en Tlatelolco te imaginaste el estar viendo el Mediterráneo en este rincón perdido de Irlanda”.
Tuvo también un momento para aclarar sus declaraciones publicadas en todos lados ayer donde se decía estaba abrumado por su nominación, indicando que el había mandado el comunicado en inglés a Estados Unidos donde decía overwhelmed, conmovido, pero que al pasar a español se había traducido de esa manera.
Entrando en el terreno de la política el espera que Una Vida Mejor ayude a mejorar la situación de los inmigrantes ilegales en Estados Unidos. “Lo mejor que puede pasar es que la atención se vaya a la película y lo que significa para los indocumentados”.
Para él es una utopía pensar esto va a cambiar algo pero si lo hace que bueno. Si pinta en el rostro de alguien una sonrisa será ya buena la noticia. Además comparte que es la primera vez que recibe en algun restarurante una ovación por parte de los presentes.
Demián considera que la lucha de los inmigrantes es una más de todos los movimientos sociales que se han dado en Estados Unidos y, como todos ellos, se va a ganar. Considera debe haber una amnistía como las ha habido antes y que el norteamericano promedio debe entender que el crear leyes duras en su estado no va a cambiar nada, solo hará que los indocumentados se muden a otro lugar porque a México o su país de origen no van a volver porque no tienen nada a que regresar.
Recordó que hace unas semanas cuando ya estaba la campaña para las nominaciones encontró en un restaurante en Estados Unidos a Tom Hanks saboreando la especialidad del lugar, tacos, y que le dijo que si ya había visto Un Lugar Mejor, consiguiendo la atención del actor al decirle que seguramente la tenía ya en su casa en las cintas que le enviaron para las premiaciones y que debería verla porque la cinta podría hacer algo por la gente que trabajaba en ese lugar, que podría poner un grano de arena como en su momento lo hizo Philadelphia (Demme 1993).
Sobre sus compañeros con los que comparte el honor de estar nominado se declaró contento de estar entre ellos, sorprendido por la ausencia de Leonardo DiCaprio pero feliz de verse al lado de Gary Oldman, Pitt y Clooney.
El Oscar no es una competencia para él, es una fiesta y él va ir a la entrega a divertirse.
