La 84 entrega del premio de la Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood se llevó a cabo en el antiguo teatro Kodak, hoy sin nombre ante la quiebra de la compañía. Una noche especial ante el regreso del que ha sido uno de los mejores presentadores del Oscar, Billy Crystal. Una noche en la que de nueva cuenta la mejor película no es precisamente la que en realidad es la mejor de todas las nominadas.
Una ceremonia donde la polémica no sólo vino de los nominados sino de los invitados, Sacha Baron Cohen llegó disfrazado como su personaje en The Dictator (Larry Charles) tras librar una lucha con la Academia para poder ir disfrazado así, en su paso por la Alfombra Roja le tiró a Ryan Seacrest las cenizas que llevaba en una urna, provocando la ira del presentador y que la gente de seguridad prácticamente arrastrara a Sacha lejos del lugar.