Los Minions, servir al mal no siempre es divertido

minionsCon el antecedente de las cintas de Mi Villano Favorito  (Despicable me) donde los personajes secundarios, los ayudantes del criminal, se convirtieron en los que se robaron la película, uno esperaría que la cinta dedicada exclusivamente a ellos, Los Minions fuera una cascada refrescante llena de risas y grandes momentos. Y lo es. Sí, si tienes cinco o siete años, porque más allá de esas edades te quedarás en espera de algo más que parece nunca llegará.

Durante el proceso evolutivo surgen los Minions, unas agradables criaturas amarillas cuya mayor ambición y propósito en la vida es la de servir a los grandes villanos. Tras hacer fracasar a su más reciente amo se autoexilian en el polo. Muchos años después tres de ellos se embarcan en una misión para hallar a uno nuevo al cual servir.

Si eres de los adultos que fueron cautivados por esos seres anárquicos, llenos de vitalidad y cuyas personalidades sobrepasan a la de todos los que les rodean, debes ir con la idea de que esta no es la película esperas. Sólo al principio y al final veremos a esos seres, durante la mayor parte de la película les veremos atados a una historia forzada que coarta su locura y provoca que la cinta se sienta aburrida por momentos y sin suficientes motivos para verla. En lo personal disfrute mucho la  parte final de la cinta, sus últimos 10 minutos, incluyendo los créditos y las escenas intercaladas en ellos y, por supuesto, su gran final donde vemos a los Minions libres de una historia y haciendo de la anarquía y el caos su estilo de vida.

Si tienes hijos pequeños no lo dudes, corre a verla al cine, los pequeños, muy pequeños, adorarán la película y sus chistes infantiloides, es más, casi al final puedo asegurar que experimentarán un gran placer al reconocer a un personaje de las otras dos cintas. Durante hora y media se olvidarán de todo para seguir a estos suspiritos amarillos en sus aventuras. 

Lo peor de la cinta no es de origen, es de nuestra versión que veremos en cines, el doblaje es fatal, y si bien es torturante escuchar a Mariano Osorio como el narrador sin gracia y aburrido (como lo es en sus programas de radio), Thalía como una villana que es todo menos divertida, lo que mata es Ricky Martin, quien no sólo sobreactua su voz sino que además habla de una forma tal que necesitariamos subtitulaje para entenderle.

Los invitamos a ver una colección de tráilers de la cinta, aunque si lo hacen habrá muy pocas sorpresas en el cine.


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