La Calle de la Amargura, esa jodida sordidez

calledelaamarguraBasada en un hecho de nota roja ocurrido en 2009 en la Ciudad de México, la muerte de los luchadores enanos, La Parkita y Espectrito Jr., a manos de dos prostitutas de la tercera edad, La Calle de la Amargura es uno de los trabajos más interesantes de los últimos años de la dupla creada por la guionista Paz Alicia Garciadiego y el director Arturo Ripstein. Una cinta sórdida donde todo está jodido y la miseria impregna cada encuadre.

Un par de prostitutas de la tercera edad tienen que lidiar con sus problemas personales. Una de ellas vive con su nuevo amante quien prefiere tener sexo con jovencitos, la otra se hace cargo de la mujer la instruyó en el oficio y que está casi en estado catatónico. Una noche consiguen llevar a un hotel a dos enanos luchadores, a los que drogan con gotas para los ojos, provocando su muerte. A partir de ese momento la caída será sin red protectora.

Después de la excesivamente teatral Las Razones del Corazón, Ripstein nos obsequia una cinta que nos recuerda sus mejores trabajos al realizar un meticuloso retrato de la miseria, tanto económica como moral como física. Afortunadamente no se llena de diálogos teatrales como en la anterior cinta, los personajes no parecen caricaturas y la trama avanza sin que se sienta forzada.

Gran éxito de la cinta es la actuación de Patricia Reyes Spíndola y Nora Velázquez quienes como las prostitutas añosas son exquisitas, creando un vínculo con el espectador que sorprende, logran hacer que uno se interese por ellas, por lo que les rodea, lo que les motiva a realizar lo que hacen. También destaca Sylvia Pasquel como la madre de los dos luchadores enanos, un papel dramático lleno de matices y de fuerza.

Para contrarrestar la fuerza de los papeles femeninos, el de los dos luchadores, es en cambio surreal. Por una parte siempre usan la máscara, como el famoso mito de que El Santo no se la quitaba ni para bañarse; la voz de los actores esta doblada con lo que la impresión de ser simples actores de una cinta más de luchadores es grande. Ninguno de los dos es simpático, son abusadores, son abusados, son golpeadores de mujeres, son esclavos de su madre. El otro personaje masculino, el de la pareja de una de ellas es un homosexual de closet que no tiene el valor ni de aceptarse ni de negarse, mientras el padre de los luchadores esta siempre perdido, desaparecido, buscando y logrando pasar desapercibido.

La fotografía de nueva cuenta es en blanco y negro, con lo que los detalles de la miseria parecen resaltar. Las calles se ven más peligrosas, todo es desolado, las vecindades son cuevas de lobos. Ayuda a crear ese ambiente de miseria en el que Ripstein se ha desenvuelto tan bien en su carrera (basta recordar El Castillo de la Pureza o Principio y Fin).

Si bien lo que vemos en pantalla es un drama oscuro, oculta una dosis de humor demasiado perverso, donde si no fuera por lo desolador de las cosas presenta, uno como espectador podría soltar una carcajada, pero en lugar de ello nos estremece lo que vemos. Tal es el caso de cuando una de las prostitutas sorprende a su pareja con un jovencito, usando sus ropas, lo que le indigna más que el hecho de su machito sea en realidad un homosexual. O la plática de la otra con su vecina que le acusa de explotación infantil y maltrato hacia la tercera edad.

La Calle de la Amargura es uno de los mejores trabajos realizados por Arturo Ripstein en los últimos años, sórdido, jodido, pero cinematográfico, lejos de lo teatral de otros de sus trabajos. La película tuvo su premier mundial en la Mostra de Venecia 2015 y en México a través de FilminLatino de forma gratuita por 24 horas.

Los invitamos a ver el tráiler.

La Calle de la Amargura

Director: Arturo Ripstein

Guión: Paz Alicia Garcíadiego

Con: Patricia Reyes Spíndola, Nora Velázquez, Sylvia Pasquel, Alejandro Suarez, Arcelia Ramírez, Juan Francisco Longoria, Guillermo López

Fecha de estreno: 10 septiembre 2015 (México, por FilminLatino)

País: México 2015

Duración: 99 Minutos


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