Protegiendo al enemigo… clases de actuación

safehouse_denzelwashingtonHay películas que simplemente se hacen para que el espectador se tumbe en su asiento un par de horas y se deje llevar por la adrenalina de lo que ocurre en pantalla. Protegiendo al Enemigo (Safe House) es de esas. Una cinta de acción que no le exige nada al espectador excepto divertirse con lo que pasa en pantalla. Lamentablemente no logra atrapar completamente al espectador que por momentos puede sentirse en el título de una cinta de Resortes: Hora y Media de Balazos.

Matt Weston (Ryan Reynolds) es un agente de la CIA encargado de cuidar una casa de seguridad en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, quien harto de su situación busca ser promovido y enviado a otro país con otra misión. A su sitio es llevado un ex agente de la CIA que ahora se dedica a vender secretos de la misma y otras agencias al mejor postor, Tobin Frost (Denzel Washington). Cuando un equipo de asesinos irrumpe en el lugar la misión de Matt es la de cuidar y defender la vida de su invitado inesperado.

Dirigida por el suizo Daniel Espinosa, la cinta Protegiendo al Enemigo es una colección de clichés que nunca logran atrapar al espectador, en gran medida por un guión endeble que hace agua a cada disparo (y hay muchos) y una edición que parece encargada al enemigo de la misma y decidieron defenderle dejándole esa tarea. Lo anterior echa por tierra el trabajo de Denzel Washington que parece sólo aceptó el papel para darle unas clases, megaclases, de actuación al señor Linterna Verde Reynolds.

Que la película se desarrolle en Sudáfrica en realidad no tiene la mayor importancia, pudo ser en cualquier parte, en cualquier estado, en cualquier rincón, sólo es un pretexto para cambiar de los escenarios comunes de siempre, logrando convertir los nuevos escenarios en imágenes vacías y sin sentido, sin nada de importancia.

Lo más destacable de la película es Denzel Washington quien logra crear, de nueva cuenta, un personaje multidimensional, nada plano, lleno de matices, aunque sin llegar a explotar su capacidad actoral total, sólo dando algunos destellos. También brilla Rubén Blades que con poco tiempo en pantalla asombra y llena de vida a su personaje. Y en la parte técnica la fotografía de Oliver Wood logra sacarle un jugo extraordinario a la cámara digital.

La película entretiene pero no logra convencer, se queda a medio camino y nos deja la sensación de que pudo ser mejor y emocionarnos de otras maneras, aunque disfrutar de como Denzel le da clases a Ryan vale la pena. 


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