El precio de la codicia dirigida por J. C. Chandor y estrenada durante el Festival de Sundance 2011 se ganó la preferencia del público al tratar uno de los eventos más difíciles para la economía estadounidense, la denominada crisis financiera del 2008.
La película retrata el momento en que una empresa se da cuenta del problema financiero en el que están metidos y decide liquidar la mayoría de sus “activos” antes de que sus competidores, clientes y cualquier otro involucrado descubra lo que está pasando. Si nos situamos en los eventos reales podríamos estar hablando de 2007 cuando la empresa francesa BNP Paribas liquidó dos secciones que se encontraban en riesgo, lo que dió como resultado que no sólo sobreviviera a la crisis financiera sino que registrara ganancias cuando todos los demás perdían dinero.
Sin embargo, la película nunca hace referencia a ninguna empresa real. La clave de la trama no es el quién está detrás del debacle financiero sino el cómo se llegó a ese punto y la decisión que se toma para lidiar con dicho problema. El precio de la codicia o Margin Call, su título en inglés, es una verdadera maravilla en su guión al nunca tratar al espectador como un ser descerebrado sentado en una butaca. Lleva la trama diciendo lo justo, forzando sutilmente al espectador a ser parte del problema y descubrir la trama al mismo tiempo que los personajes en pantalla.
Otro aspecto del guión es que nada de lo que se dice o se plantea en la película es gratuito, cada personaje, cada acción lleva a un desenlace. Todos los personajes aunque apaerezcan en tres escenas, como Stanley Tucci, son esenciales. Un simple “cuidado” es aquel que desencadena la serie de acciones que llevará a la empresa a enfrentarse a la decisión de sobrevivir con plena conciencia de lo que eso implica.
La película es una maravilla en dos niveles. En un primer nivel, el guión como ya mencioné. Y el segundo, las actuaciones. La película tiene un casting impresionante en el que contó con Stanley Tucci, Paul Bettany, Kevin Spacey, Simon Baker y Zachary Quinto que, aunque siempre será Spock, logra una actuación donde muestra su gran capacidad actoral y sólo deja con ganas de verlo en más películas. Otra de las sorpresas en el elenco es el inigualable Jeremy Irons, quien en datos curiosos de la película se cuenta que fue una batalla épica poder conseguir la visa para que pudiera filmar en Nueva York.
Como guión y reparto, El precio de la codicia es acertada sin lugar a dudas, pero tiene un grave problema y es que el gran guión eclipsa el aspecto visual de la película. Y es que si fuera teatro no habría “pero” que ponerle, sin embargo una película tiene que ser visual, el diálogo complementa lo que ves, no lo explica, y viceversa. Si lo puedes mostrar no lo dices y en una película la prioridad es el lenguaje de las imágenes no del diálogo, es por eso que el diálogo es la parte más complicada de una película, tiene que ser conciso, cada palabra tiene que ser necesaria o sino la película se vuelve redundante en lenguaje e imagen. Y lo que pasa en El precio de la codicia es que tenemos a grandes actores con grandes líneas de diálogo y una estructura dramática maravillosa pero visualmente no pasa nada. Todo lo que escuchamos es lo importante, todo el peso recae en las palabras y no en las imágenes. Y es que un guión como el que tienen es de una manufactura impecable pero que no es un lenguaje audiovisual, es un lenguaje teatral.
En una película todo cuenta, cada detalle debe encajar como anillo al dedo o sino resalta y desentona. Cuando uno se excede en algo es obvio, o hay muchos efectos especiales y poca historia, o grandes actuaciones con una trama no tan buena, etc. En teatro el escenario puede no existir, puede ser simplemente una silla y un escritorio y hacerle creer al espectador lo que sea necesario que eso sea. Los actores y el diálogo son todo. Pero si eso lo transfieres a una película el sentido principal de ésta se pierde.
Fuera de la falta del lenguaje cinematográfico, El precio de la codicia muestra de manera inteligente uno de los grandes problemas económicos que ha enfrentado Estados Unidos y el resto del mundo por consecuencia.
Margin Call
Director: J. C. Chandor
Duración: 109 minutos
Estados Unidos, 2011
