Dirigida por Anne Fontaine (Coco avant Chanel, 2009) y con las actuaciones de Naomi Watts, Robin Wright, Xavier Samuel y James Frecheville, Adore, la piel del deseo (Adore) es un retrato íntimo de dos mujeres adultas, amigas de toda la vida, que se involucran amorosamente y sexualmente con el hijo de la otra, llevando sus vidas por un camino que pondrá sobre la mesa situaciones que permiten al espectador tener una discusión más allá de la trama de la película.
Adore, la piel del deseo pone a la mesa cuestionamientos sobre el amor, el deseo, la madurez, lo correcto, lo razonable, las relaciones entre mujeres maduras con jóvenes, y el deseo tanto de amar como el sexual. Sin embargo, estos problemas no son resueltos en la película. La cinta muestra la situación y le da al espectador el poder de argumentar a favor o en contra de lo que está viendo en pantalla y sobre todo, la película permite que la discusión sea aún más allá de lo que se muestra gracias a que no se ofrecen respuestas, sólo se muestra la vida de cuatro personas que viven día a día.
Cabe resaltar que la película no tiene interés alguno en mostrar a las madres como estos seres desinteresados y sólo enfocadas a la vida del hijo, lo que hace que los personajes sean más creíbles y le de otro tono al hecho de que tener un hijo, de convertirse en madre, no quita ni expurgar el deseo de sentir amor ni el deseo carnal.
Para la película, las madres son seres completos con deseos, esperanzas, sueños y necesidades. No son figuras perfectas ni ideales, son seres humanos en busca de seguir viviendo, sin respuestas a la vida y con miedos a enfrentar.
La cinta muestra brevemente la rutina diaria de estos personajes, antes de que se presente el conflicto principal. A pesar del intento de sintetizar el crecimiento de los personajes principales, el principio se alarga pero se compensa con el resto de la película donde vemos a estos cuatro personajes luchar contra lo socialmente correcto, aquello que uno cree que se debe de hacer y lo que uno desea y quisiera para su vida.
Adore, la piel del deseo integra al espectador de manera activa permitiéndole discutir las decisiones que los personajes toman, además de que por momentos también sirve de espejo a emociones como la desesperación, el desamor y la traición.
Uno de los grandes aciertos de la película es que no hay finales felices, no hay un cierre de la trama, sólo existe el cierre de momentos.
Adore, la piel del deseo es visualmente bella, con un escenario paradisíaco que hace desear a todos los amantes del mar poder vivir en un lugar así, acompañada de una historia que se adentra a los aspectos básicos de los seres humanos, en donde cuestiona el límite de edades, la posibilidad de ser un mujer madura y seguir sintiendo un deseo carnal irracional y arrebatador, qué es lo correcto en sociedad y cómo hacerlo coincidir con los deseo propios o siquiera si es posible tal cosa.