Tierra de Sangre, amor crepuscular a la chilena

tierra de sangre criticaUn grupo de franceses llega a Chile, los aldeanos venden uno por uno sus terrenos a los extranjeros y éstos inician el proceso de creación de los primeros viñedos en Chile. Louis, el hombre a cargo de los viñedos, tiene especial interés en Magdalena, hija única del último terrateniente que no ha vendido sus propiedades.

A pesar de la inicial resistencia de Magdalena en caer en las redes amorosas de Louis, ésta termina enamorándose del francés. Todo parece ir viento en popa, pero existen diversas desapariciones en el pueblo que van en aumento y crean miedo en la población.

La tensión se incrementa cuando llega Etienne, hermano mayor de Louis. La situación en el pueblo se hace insoportable y la verdad detrás de la creación del vino será por fin revelada.

Bajo la dirección de James Katz, Tierra de Sangre sigue las convenciones del género fantástico-romántico. Se busca crear una historia con un sólo fin: entretener. Y si sólo se ve la historia, no van por mal camino. Se intenta crear una atmósfera fantástica donde se pueda creer en cuestiones supernaturales en una época colonial.

Sin embargo, hay varios detalles que hacen que la película falle y no se pueda tener una inmersión completa en una historia sencilla sobre el amor en una situación poco favorable para los enamorados.

La actuación de Aislinn Derbez es uno de los grandes fallos de la película, lamentablemente su acento la traiciona y pasa del acento chileno al mexicano con un toque de norteño. Sumado a lo anterior está su sobreactuación, lo que hace que su personaje sea cómico involuntariamente.

Desafortunadamente su coprotagonista, Francisco Pizarro Saenz de Urtury (Louis) es poco creíble como un francés de alcurnia y su actuación se ve igualmente limitada a la de Derbez.

Por otro lado, Aurélien Wilk (Etiene) es de lo mejor de la película. A diferencia de sus compañer@s, Wilk logra transmitir emoción y credibilidad a su personaje, haciendo clara la diferencia de calidad actoral de Saenz de Urtury y Derbez.

Es interesante que el guión emule la fórmula hollywoodense de este tipo de películas, es un buen intento de entregar un producto comercial que atraiga a jóvenes que quieran divertirse un rato viendo una película de amor con toques fantásticos, todo a pesar de las exageraciones y un poco de humor involuntario.


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