Mavis y Johnny después de casarse y tener un vida feliz en el Hotel de Monstruos, dan la bienvenida a un nuevo integrante de este curioso clan: Dennis, un adorable pelirrojo que sólo tiene un defecto (al menos así lo ve su abuelo), no es un vampiro.
Mavis busca que su hijo sea feliz en un mundo que pare ella es normal pero que para él, por no ser monstruo, resulta un tanto peligroso y al mismo tiempo es un extraño al no ser vampiro, sobre todo cuando se tiene la presión constante de un abuelo empeñado en que su nieto tiene que ser igual a él sin aceptar que existe la posibilidad de que no sea así.