El Gran Pequeño, lo imposible puede convertirse en realidad

little boy el gran pequeño criticaProducida por Eduardo Verástegui, El Gran Pequeño es una cinta donde la ficción, la fantasía y la dura realidad obligan a un niño a crecer y ver que el mundo se puede entender de más de una manera.

La cinta estuvo dirigida por Alejandro Gómez Monteverde y tuvo como protagonsta al joven Jakob Salvati como Pepper Flynt Busbee “Little Boy”, Michael Rapaport como James Busbee (el papá), Emily Watson como Emma Busbee (la mamá) y David Henrie como London Busbee (el hijo mayor).

La historia cuenta con un narrador omnipresente, es un relato del presente mirando al pasado de un adulto Pepper Flynt quien cuenta cómo la Segunda Guerra Mundial cambió su mundo y lo que tuvo que hacer para traer a su padre de regreso de la guerra.

Pepper Flynt es un niño que, sin razón aparente, dejó de crecer, ganándose el apodo de “Little Boy” o uno menos cariñoso por parte de sus compañeros de clase que se refieren a él como “enano”. Flynt es un niño que tiene como único amigo a su padre, es su cómplice y compañero en todas sus aventuras, especialmente cuando se imaginan las aventuras de su superhéroe favorito, Ben Eagle.

Hijo y padre son el equipo perfecto, hasta que la guerra llega y por orden oficial un adulto de la casa tiene que enlistarse. A pesar de que el hijo mayor está dispuesto a tomar la responsabilidad de unirse al ejército sus pies planos se lo impiden, forzando al padre a enlistarse y unirse a la pelea.

“Little Boy” es el más afectado de todos, no sólo perdió a su padre sino a su socio, dejándolo a la merced de los abusadores que lo humillan y lo golpean cada vez que lo ven.

Sin embargo, Flynt no se rinde y cuando el grandioso Ben Eagle llega a la ciudad con su show en vivo, él recibe la sorpresa de su vida. Ben Eagle le transfiere sus poderes, ahora él es tan poderoso como él y tal vez no sea tan descabellado imaginar que su padre regrese, sano y salvo, de la guerra.

La parte más acertada de la película es cómo juegan con la ficción/imaginación del pequeño y la realidad que todos conocemos. “Little Boy” se embarca en una misión por hacer lo imposible para lograr que su padre regrese a su lado. Y es en este juego que la religión y la realidad buscan un balance para poder explicar una dura realidad a un pequeño.

La religión es un factor interesante en la película, es importante pero no lo es del todo. La cinta se toma la libertad de hacer una justa crítica a la visión católica del mundo y de lo que puede dañarle al niño, sin embargo se le da el poder al espectador de tomar el lado en el que más se sienta a gusto, sin decir cuál es el correcto.

La primera introducción a la religión es por parte de un padre joven quien sermonea conforme a lo que dice la biblia, sin realmente ser cercano a la gente, mientras que el padre Oliver (Tom Wilkinson) busca explicar la religión de una manera menos ortodoxa. Cuando “Little Boy” busca ayuda del padre Oliver y se enfrenta a cuestionamientos de que lo que hace Ben Eagle no es verdad, es pura fantasía, inmediatamente vemos en primer plano pinturas de pasajes de la biblia como es el Arca de Noé, dejando muy claro que a los ojos de muchos eso es ficción y una fantasía.

Sin embargo, el padre Oliver busca explicarle a Flynt que la religión no es esa parte, es una forma de actuar porque uno se contagia de la fé del otro, aunque olvida mencionar que (su) Dios no siempre responde como uno desea.

Para poder darle algo qué hacer al pequeño Flynt, el padre Oliver le da una lista con varias misiones como es Vestir al desnudo, Alimentar al Hambriento, Enterrar al Muerto, Visitar al Preso y, la más importante, hacerse amigo de Hashimoto; un americano-japonés despreciado por todo el pueblo debido al ataque de Pearl Harbor.

Flynt se toma muy en serio la lista y es su convicción que lo llevará a cambiar su visión de Hashimoto, un hombre que, a diferencia del padre Olvier, no cree en un Dios y que le intenta mostrar el otro lado de la moneda, un lado menos fantástico.

La película se atreve, aunque muy poco, a criticar la sociedad norteamericana y el uso de la bomba atómica. De una manera muy rápida y sencilla se presenta la reacción del pueblo respecto al bombardeo, el pueblo se encuentra feliz, incluso “Litlle Boy” quien cree que sus poderes lograron eso, sin embargo se da cuenta que una acción que para todos resulta como “el fin de la guerra” para su padre podría ser su sentencia de muerte.

Lo importante en esta escena es la sutil crudeza de lo que vemos en pantalla. Es la sociedad norteamericana de finales de los 40’s que celebra la muerte de miles, que no se inmuta ante la destrucción y que continua su vida. Sin embargo, no hay más crítica, el análisis de la situación queda en manos de cada espectador.

Y es que la película no se desvía mucho de esta visión infantil del mundo, no es un niño super maduro que sobre analiza su mundo; Flynt es un niño con el único propósito de traer a su padre a casa.

Tanto la dirección como las actuaciones están en su punto, no hay actor que exagere en su papel o se quede corto, la cinta es un recordatorio bello de que no hay absolutos y cada creencia tiene su valor propio y que no necesariamente están peleadas, y en algunos momentos hasta pueden complementarse. 


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