El Club de los Incomprendidos sigue a Valeria (Charlotte Vega), una chica que acaba de mudarse a Madrid después del divorcio de sus padres. Su actitud retadora la lleva a tener una pelea con la chica popular de la nueva escuela, lo que la obliga a unirse al grupo del orientador. Ahí conocerá a un grupo singular de jóvenes que serán su nueva familia.
La cinta dirigida por Carlos Sedes muestra el lado positivo de ser raro, de no encajar en lo preestablecido de la sociedad y el hecho de que buscar ayuda en otros no es signo de debilidad sino es necesario para sobrellevar muchos problemas de la adolescencia.
Con todo y que es un intento positivo, la película no quita el mal sabor de boca de sentirse como un remake de baja calidad, su constante bombardeo de clichés y música derrama-miel es, por momentos, risible. Lo más destacable de la película es que se incluye el tema de la esquizofrenia, aunque éste sea tratado superficialmente muestra que un problema de este tipo sólo se puede afrontar con la ayuda de la familia y amigos.
Al ver El Club de los Incomprendidos es imposible no pensar en El Club de los Cinco (The Breakfast Club, Hughes. 1985) una de las películas icónicas de los 80’s, sin embargo toda la magia que contiene ésta última es carente en la versión española. La cinta de Sedes busca llegar al público joven pero el desarrollo de la trama, los personajes y el acompañamiento musical dejan mucho que desear al no saber jugar con los clichés del género y sólo sentirse como una copia barata de una gran película.
A pesar de las fallas de la cinta, la película puede ser un atractiva entre los jóvenes de secundaria y, tal vez, preparatoria. La cinta muestra el conflicto del primer amor y los conflictos entre amigas que gustan del mismo chico, se trata el tema de las mentiras y lo que esto pueda causar a otra persona, así como el esconder lo que uno realmente es por miedo a ser rechazado por aquellos a quien quiere.
Más allá de ser una película para adolescentes, la película no tiene mucho que ofrecer para el resto del público que busca algo más que una copia de una película ochentera pero ambientada en la actualidad.