Scott Lang es un ladrón que recién obtiene su libertad y como único objetivo tiene el de ser parte de la vida de su pequeña hija. Sin embargo, la vida con un historial criminal no es sencilla y no hay trabajo que quiere a un ex convicto, aunque éste no sea violento y sea muy listo.
La presión por parte de la ex esposa de pagar la manutención de la hija y comprobar que es un hombre responsable, orilla a Lang a involucrarse en un robo, que en apariencia parece sencillo y le dejará dinero para poder cumplir con lo que se espera de él y así poder ver a su hija. Sin embargo, el robo no resulta ser lo que esperaban. El botín que se suponía iba a sacar a Lang de problemas no es más que un traje de motociclista.
A pesar de la decepción que se llevó, Lang decide probar el traje y se lleva la sorpresa de que es más de lo que parece y este raro artefacto lo llevará a conocer a Dr. Hank Pym (Michael Douglas), quien le pide ayuda para poder evitar que la fórmula que hace funcionar al traje llegue a las manos equivocadas.
Ant-Man tiene varios aciertos, siendo el mayor el tener a Paul Rudd como el singular héroe. Rudd tiene la habilidad de cambiar de emociones sin verse exagerado ni poco creíble, así como lo vemos serio y preocupado cuando ve a su hija y no puede estar con ella, lo podemos ver siendo un bufón adorable. Y es que Rudd le da un toque único al personaje, no es un héroes que sabe es un salvador, es un hombre con defectos, que se rinde cuando las cosas se complican pero que lo motiva el poder ser alguien mejor para poder ganar su lugar al lado de su hija; una pequeña que lo adora y tiene un papel que añade a esta relación padre-hija con un toque real y emotivo.
Sin embargo, lo bueno de esta relación y de la forma en que crearon el personaje de Rudd hace la relación de Hope Van Dyne (Evangeline Lilly) y su padre sea incomprensible y sea el punto más bajo de la cinta.
Una de las razones para creer en un héroe es saber que ese personaje, al menos en ese momento, es el único que puede lograr el objetivo, sin embargo la cinta nunca logra responder satisfactoriamente el por qué Hope no puede ser la heroína cuando ella, desde le principio, está preparada física y mentalmente para lograr la misión.
Por un lado es entendible que su padre, el Dr. Hank Pym, esté renuente a ponerla en peligro si tomamos en cuenta de que es su única hija, no tiene una buena relación con ella y no quiere perderla y si a esto le sumamos que es un hombre de más de 60 años podemos situarlo en una visión diferente del mundo.
Pero aun tomando todo eso en consideración, la película no logra justificar el por qué Lang es mejor que Hope para el trabajo. El papel de Hope es de la entrenadora de Lang y asistente en el mejor de los casos. Su papel pudo ser más significativo sin tener que ser la que se pone el traje y así justificar que sus habilidades eran necesarias para lograr la misión pero no peleando.
Lamentablemente lo que vemos que hace Hope es tan sólo ser la secretaria, tanto del padre como de su jefe, Darren Cross (Corey Stoll). Se trata de justificar que su papel está dentro de la compañía, pero lo poco que vemos de ella no justifica el porque es más valiosa ahí y no peleando.
Y todo pareciera que es para justificar la escena post créditos, lo cual es absurdo el tener a un personaje interesante y a una actriz del nivel de Lilly completamente desperdiciados durante toda la cinta.
Pero si dejamos esto de lado, Ant-Man es una cinta muy divertida y con una buena dirección por parte de Peyton Reed, quien ha dirigido comedias como Triunfos Robados (Bring It On, 2000), Viviendo con mi ex (The Break-up, 2006) y ¡Sí señor! (Yes, 2008).