La opera prima de Celso García, La Delgada Línea Amarilla, es un trabajo que busca desnudar las relaciones humanas al poner juntas a distintas personalidades aisladas en la carretera, donde lo único pueden hacer es platicar entre ellos, ignorarse, odiarse, hermanarse. Desafortunadamente una historia rebuscada hasta el cansancio, con un final sacado de la manga y que no logra llegar nunca a su objetivo, la dejan en una cinta con buenas intenciones solamente, a pesar de lo que los especialistas digan.
Don Toño es despedido de su trabajo de velador para ser suplantado por un perro. En una gasolinera es reconocido por un viejo empleador quien le ofrece un trabajo más remunerado, conducir un grupo de hombres durante la pinta de la línea divisora de una carretera que une dos poblados. Durante los días dura su misión aprenden a conocerse, no sólo el uno al otro, sino a sí mismos.
La película son sus protagonistas, desde un cansado de la vida Damián Alcázar a un humanizado Joaquín Cosío, pasando por un optimista Silverio Palacios y un ladino Gustavo Sánchez Parra, quienes dotan de vida y realismo lo que vemos en pantalla. La única excepción es Américo Hollander quien resiente el colmillo de todos los que lo rodean y lo hacen ver falso, poco creíble, una caricatura al lado de los demás actores. La química que tienen los demás entre ellos hace que todo se sienta natural, como una charla verdadera entre amigos, entre seres humanos.
La Delgada Línea Amarilla es una película donde el paisaje se impone a los personajes, a sus historias, a sus deseos, la carretera se vuelve interminable, monótona, un interminable fondo que devora a las personas. Y es ese paisaje lo mejor de la película, lo que le dota de fuerza y logra convertirse en una metáfora de los protagonistas, de sus miedos, sus temores, sus deseos.
El guión es predecible, sin sorpresas, lleno de clichés, los cuales no son molestos, aunque cansan, el giro final, el cual se ve y siente tan forzado que parece sacado de la manga del guionista y que el director resuelve sin pericia.
Si bien La Delgada Línea Amarilla puede resultar atractiva por su reparto, lo predecible de su historia, la moralina que se carga, lo absurdo de su cierre, no la hacen una opción para todos los públicos, aunque los amantes del cine festivalero sin duda la encumbrarán como una de sus favoritas.
Los invitamos a ver el tráiler.
La Delgada Línea Amarilla
Director: Celso García
Guión: Celso García
Con: Damián Alcázar, Joaquín Cossío, Silverio Palacios, Gustavo Sánchez Parra, Américo Hollander
Distribuidor: TBA
Fecha de estreno: TBA
País: México 2015
Duración: 95 minutos