De la mano de Mark Osborne, llega una versión de El Principito que busca acerca a las nuevas generaciones a una de las obras más queridas por todos.
El Principito cuenta la historia de una niña que vive con su madre, una mujer estricta, enfocada completamente en que la hija tenga el mejor futuro posible por lo que todos los días es un calendario perfecto de sacar provecho a cada segundo, minuto y hora del día. El plan transcurre según lo planeado hasta que el excéntrico vecino le avienta a la niña un avión de papel en el que comienza a narrar la historia de cómo conoció a El Principito.
A partir de ahí, la vida de la pequeña se ve trastocada por un mundo mágico donde no hay límites para la imaginación, sin embargo la vida que tiene su madre planeada para ella ahora choca con este mundo de ensueño, poco a poco la niña y la madre podrán ver que el crecer es más que horarios y planes.
El Principito es una historia tierna pero que también muestra una realidad cada vez más común, familias divorciadas y padres (o madres) distantes. La historia de El Principito toma un rumbo cercano al libro pero también con un toque más moderno al tratar la historia desde el punto de vista de una pequeña cuyo mundo está basado en un estricto cronometraje de actividades.
La historia nos recuerda que el crecer no debe ser sinónimo de olvidar la magia, ni mucho menos de dejar imaginar mundos extraordinarios, de disfrutar cada minuto de la vida. Es gracias a un mundo estricto, un mundo donde un progenitor está ausente que brilla la historia de amor, de amistad y también de entender la muerte.
La película usa diferentes tipos de animación para mostrar cada parte lo que hace que visualmente sea increíble. Además de que esta película podría ayudar a que nuevas generaciones se acerquen a la obra de Antoine de Saint-Exupéry.
El único “pero” que se le puede poner a la película es que no es una adaptación de la novela, es una interpretación por parte de Osborne de la obra de El Principito a través de la visión un niña, si bien mantiene la esencia del libro y no cambia la trama, el mensaje es modificado para que encaje con la vida de la pequeña y su madre.
A los que vayan a ver esta película, tengan en mente que no es una adaptación, es acercarse a El Principito sin saber de qué se trata y así utilizar sus enseñanzas para que el crecer no sea tan difícil y por lo menos nunca se olvide que siempre se puede ser niño, sin importar la edad que uno tenga.
