Theodore Robert Bundy es uno de los asesinos en serie más interesantes del siglo pasado, dueño de una monstruosa personalidad, su carisma le llevo a cometer 20 asesinatos confirmados, aunque se especula que la cifra real podría rondar el centenar de víctimas. Sobre él se han escrito diversos libros y su historia ha sido llevada a la pantalla en otro tanto de ocasiones, siendo la más reciente “Ted Bundy: Durmiendo con el asesino” (Extremely Wicked, Shockingly Evil and Vile), la cual podría ser fácilmente, una de las peores se ha hecho sobre el tema.
En 1969 Ted Bundy conoce a Liz Kendall, madre soltera con la que inicia una relación. En 1974 él es arrestado por sospecha de intento de secuestro, con lo que inicia una espiral descendente que le hace ver a ella que quizá no lo conoce en realidad, mientras se van acumulando pruebas de su participación en diversos crímenes.
“Ted Bundy: Durmiendo con el asesino” es dirigida por Joe Berlinger autor también de la serie de Netflix “Conversations with a Killer: The Ted Bundy Tapes”, las cuales podrían complementarse una a la otra, siendo eso un terrible error al no dejar que la cinta de ficción funcione por su cuenta, haciendo que un espectador ocasional que no sepa nada de la figura de Bundy se confunda, se pierda, se aburra con facilidad… bueno hasta aquellos que conocen la historia y pormenores del caso se aburrirían, eso es cierto, la cinta fracasa miserablemente en ser algo interesante, fracasa al no atreverse a ser una película sobre asesinos en serie, al no atreverse a ser un drama sobre cómo se descubre que quien amas no es quien crees es, al no ser una cinta sobre un juicio, al no ser nada y querer ser todo.