Hay personajes que resultan icónicos y entrañables, cuya presencia significan mucho para las personas que les vieron desde pequeños en las salas de cine, que crecieron con ellos, que les quieren y respetan como viejos amigos, lo que les hace irresistibles para los dueños de ellos para seguirles explotando hasta el cansancio, destruyendo lo que eran para intentar captar nuevas audiencias y, en el camino, traicionar al personaje. Eso es lo que sucede con la que promete (y deseamos sea) la última aventura de “Indiana Jones y El Dial del Destino" (Indiana Jones and the Dial of Destiny), un triste y patético cierre para el doctor.
En 1969 el doctor Jones ha llegado a su día de jubilación como profesor, la inesperada llegada de su ahijada le hace involucrarse en la persecución del mítico Mecanismo de Anticitera, creado por Arquímedes, el cual es buscado por sobrevivientes del partido nazi alemán ya que creen puede abrir un portal en el tiempo.
En esta ocasión la dirección recae en James Mangold, quien asume la complicadísima tarea de suplir a Steven Spielberg, con resultados mediocres y desastrosos. Sin duda el director ha logrado labrarse un nombre en Hollywood, pero en esta ocasión, la necesidad de respetar la fórmula de Indiana le ata a un estilo que no es el suyo, demostrándose incapaz de crear una película de aventuras, donde las secuencias de acción se sienten mecánicas, nada emocionantes, y que terminan resultando extremadamente largas. Sus escenas se tornan eternas, al punto del hartazgo y el aburrimiento. El prólogo dura demasiado, además de que parece aconsejado por Zack Snyder, volviéndole por momentos una plasta negra.
Harrison Ford como Indy es lo que uno espera y desea, a pesar de la edad, a pesar de que él mismo reconoce en varios puntos que ya no es el joven de antes, su carisma y energía lo hacen entrañable, lo que hace que se sienta más triste el trato le da el director por momentos, donde parece es el patiño de Phoebe Waller-Bridge en lugar del protagonista. Ella es simplemente insoportable, uno de los personajes más antipáticos y anticarismáticos hemos topado en una cinta, fastidiosa, intentando ser graciosa a fuerzas sin lograrlo. Al lado de ella, su compañero es Ethann Isidore, un puberto sin gracia y sin sentido en la cinta, encargado de decir en algún momento eso de que buscan las reliquias por todas las razones equivocadas, pero es lo que hacen, mostrando de paso el infantilismo del guión de Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, David Koepp y el director. El gran villano es interpretado por Mads Mikkelsen, la quintaesencia del villano de las cintas de Jones.
Y si bien mencioné ya el infantilismo del guion hay que reconocerle que busca crear una aventura a la altura del personaje, llenándole con los detalles de nostalgia necesarios, con los guiños adecuados, pero que no encuentran eco en la cinta debido, sobre todo, a la imposibilidad de Mangold de llevarles a la pantalla, y por la presencia de Waller-Bridge quien cansa al espectador, alejándole en lugar de atraerle. El hecho de querer mostrarle como la contraparte del personaje, en donde él es desinteresado ella sólo ve dinero, por ejemplo, se siente esquemático y poco natural, como algo que sólo debe ser así por capricho de los escritores.
“Indiana Jones y El Dial del Destino" nunca logra despegar, más allá de lo que se espera sea debido al personaje tiene, su ritmo es prácticamente inexistente, las secuencias de acción funcionan cuando tenemos efectos mecánicos en pantalla, pero cuando el CGI toma la batuta todo se va a Oblivion. La historia, a diferencia de “Los cazadores del arca perdida” (Raiders of the Lost Ark Spielberg 1981) nunca logra un balance entre lo serio, la comedia y lo sobrenatural, siendo cobarde que prácticamente no pasa mucho tiempo para que hagan una alusión a lo que vendrá al final, previniendo al espectador, temerosos de que éste diga es algo que sacaron de la manga y que, curiosamente, es uno de los mejores momentos de la cinta.
“Indiana Jones y El Dial del Destino" es un triste cierre para el personaje de Indiana, haciendo que se revalore lo hecho en “El reino de la calavera de cristal” (Indiana Jones and the Kingdom of the Crystal Skull 2008), es una película que disfrazada de nostalgia en realidad esconde un desprecio al personaje, que hace no se desee volver a ver una cinta del explorador. Es una cinta que al buscar mostrar lo anacrónico resultaba Indiana en plena guerra por el espacio, lo único señala es lo inútil que es desear forzar las cosas para hacerlas acordes a lo que hoy en día desean los que lloran por lo políticamente correcto. Para los verdaderos fans de Indiana Jones, la última imagen del personaje en pantalla hará valga la pena lo visto, pero todo el resto, resulta lastimero y olvidable.
Los invitamos a ver el tráiler.
“Indiana Jones y El Dial del Destino" (Indiana Jones and the Dial of Destiny)
Director: James Mangold
Guión: Jez Butterworth / John-Henry Butterworth / David Koepp / James Mangold
Con: Harrison Ford, Phoebe Waller-Bridge, Antonio Banderas, John Rhys-Davies, Toby Jones, Ethann Isidore, Mads Mikkelsen
Fotografía: Phedon Papamichael
Edición: Michael McCusker / Andrew Buckland / Dirk Westervelt
Música: John Williams
Compañía Productora: Walt Disney Pictures / Lucasfilm Ltd
Distribuidor: Walt Disney Studios Motion Pictures
Fecha de estreno: 29 junio 2023 (México) 30 junio 2023 (Estados Unidos)
País: Estados Unidos 2023
Duración: 154 (eternos) minutos
