Las marimbas del infierno… la contemplación de la nada

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Las marimbas del infiernoUn músico se ve forzado a dejar su casa, su familia, toda su vida por preservar a su lado una marimba que lo ha acompañado por 20 años y que se ve en riesgo por culpa de la Mara que amenaza con destruirle si no le paga por protección. Dos años después continúa escondiéndose de ellos buscando una salida a su miseria y se le ocurre incorporar la marimba al heavy metal para sobrevivir.

Durante el rodaje de Gasolina (2008) Julio Hernández Cordón conoció a Don Alfonso Tuche quien le narró la situación vivía por las pandillas y accedió a cortar su parte en la cinta, al reencontrarle decide narrar en forma de falso documental todo lo que le ha pasado a la fecha. Una anécdota mínima que da pie a una de las cintas guatemaltecas más celebradas de los últimos años y que, sin embargo, no es la mitad de buena de lo que los premios sugieren.

Narrada al más puro estilo contemplativo a lo Carlos Reygadas la cinta no muestra nada, no hay actores sino improvisados que fingen actuar y, la dirección es ausente totalmente, con tomas que no haría un estudiante novato del CCC o CUEC. Una cinta que no propone nada nuevo y que ha enamorado a la crítica que cree el cine debe ser una basura aburrida y no un retrato de emociones.

Pero no todo es malo con Marimbas del Infierno, en realidad la propuesta es muy interesante, el uso de no actores nos permite conocer a Víctor Hugo Monterroso quien da vida al ahijado de don Alfonso y cuya espontaneidad choca brutalmente con las tomas forzadas de un director que no tiene idea de dónde colocar la cámara. Los ensayos de Las Marimbas del Infierno son impresionantes y la fusión musical es muy interesante.

La dirección, como ya he anotado, es la principal falla de la película, con un estilo que no se atreve a encajar completamente en el falso documental, el documental o la sátira, con tomas donde predominan paredes y los personajes se pierden en una esquina. Una anécdota interesante que no llega a nada por una visión corta del cine que quiere imponerlo como un remedio contra el insomnio.

Dejando de fuera la dirección, la cinta es un interesante retrato del Guatemala de la actualidad, donde los empleos cada vez son más escasos, las pandillas gobiernan la vida cotidiana y las cosas tradicionales, como la marimba, se van sepultando y perdiendo cada vez más. El retrato sociológico que se nos presenta es desgarrador, conmovedor, muchas veces rayando en el ridículo pero muy real.

Destaca sobre todo la figura de Roberto “Blacko” González, baterista de la banda de heavy metal “Guerreros del Metal” que acepta trabajar con don Alfonso en la creación de la banda y que al final de cuentas volverá a enfrentarse a lo complicado es tratar de cambiar cosas en la sociedad guatemalteca. Su historia personal es muy importante, sobre todo en lo que tiene que ver con su labor como evangelista.

Las marimbas del infierno es una cinta que en papel suena de maravilla pero que en su realización formal no alcance a honrar las ideas que la llevaron de primera instancia a la pantalla grande. Sólo para aquellos que dicen que el cine de arte es el único que vale la pena aunque no lo valga.

Las Marimbas del Infierno

Director:  Julio Hernández Cordón

Guatemala / México / Francia 2011

Publicado originalmente el 24 de abril de 2011 en carteleradecine.mx

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