El Cliente y "las víctimas" secundarias

2016

the-salesman-asghar-farhadi-4Los actores Emad y Ranaa se mudan a un departamento en su natal Irán, que aún no ha vaciado su inquilina anterior. Deben guardar los muebles de la antigua arrendadora y justo la noche de llegada, Ranaa permite sin querer la entrada de un extraño a su casa. Su marido llega después y, al enterarse que su esposa está en el hospital y que ha quedado un rastro de sangre del extraño recorriendo el edificio, las pláticas con los vecinos le hacen reconstruir un posible caso de abuso sexual, que su esposa negará, aunque dando a conocer muchos detalles (el que la anterior inquilina del lugar se dedicara a la prostitución) dejando abiertas muchas interrogantes que Emad no puede tolerar y que lo hará empezar una cacería para encontrar a El Cliente (?????????  Forushande), mientras su esposa trata de reintegrarse –aunque infructuosamente- a su trabajo en la obra de teatro que recién han estrenado y que se encuentra bajo los ojos de la censura.

Después de la famosa e interesantísima Una separación, el director iraní Asghar Farhadi, toma de nuevo a una pareja heterosexual y desde el sesgado punto de vista moral, religioso, social y judicial que existe en su país sobre el matrimonio y el género, para reventar su burbuja y –siendo aún simpático con muchas de las decisiones “erróneas” (desde nuestro punto de vista occidental) de sus protagonistas- logra una verdadera disección a la que aspirarían sin lograrlo, muchos de los actuales estudios “masculinistas”.

Si la película no resulta paródica al alejar el foco de la que se debería sentir agredida, y enfocarse en la “Víctima” secundaria, es porque se aleja de los estereotipos del macho de, digamos, telenovelas con protagonista violada como la teleserie de moda Rosario Tijeras, gracias a la gravedad insólita y empática que muchas veces logra el personaje de Emad, interpretado por Shahab Hosseini (ganador del Premio a Mejor Actor en el pasado Festival de Cannes.

Emad es el que señala la necesidad de “limpiar” la honra de su esposa, aunque a ésta le parezca humillante el comparecer ante la sociedad y la ley de los hombres (nunca mejor escrita esta frase); él es el que enjuicia la “mancha” de rentar sin saberlo el departamento donde vivió una prostituta; y, a la manera de un vengador anónimo estilo Charles Bronson (sólo que más realista y sin otra arma que el teléfono y sus rápidas deducciones), el que toma la justicia por sus manos, enfrentándose con “el cliente de la prostituta”, el hombre casado e insignificante que no puede resistir su libido y que debe ser humillado ante su familia para pagar por su delito.

Con su cámara en mano y su cercanía a los personajes que podrían bien pertenecer a los escenarios teatrales en los que trabajan nuestros protagonistas, el director Farhadi no busca la espectacularidad en sus tomas, sino que se restringe a construir el dolor moral de sus protagonistas, lo que hace que un caso de difícil empatía para una audiencia occidental alivianada y posfeminista, bien pueda saltar al campo de lo entrañable.

El Cliente fue uno de los filmes ganadores en el paso Festival de Cine de Morelia y se encuentra actualmente exhibiéndose en el circuito de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.

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