Dirigida por Johannes Roberts, Terror a 47 metros (47 Meters Down) es una cinta sencilla y con un simple objetivo: entretener al espectador.
Con las actuaciones de Claire Holt y Mandy Moore, la cinta nos lleva a la historia de dos hermanas que en un paseo en las playas de México conocen a dos jóvenes que las invitan a nadar con tiburones. Todo parece ir bien, hasta que el cable de la jaula, en la que las jóvenes norteamericanas se encuentran, se rompe y éstas caen 47 metros, con contado oxígeno y sin contacto con la superficie.
La película nos muestra que la claustrofobia no sólo sucede en lugares cerrados, también se puede experimentar en los lugares sumamente oscuros, donde en una escena podemos ver el barranco y lo único que podemos ver es a Holt con una lámpara rodeada de una oscuridad sin fin.
A pesar de que la cinta marca cada momento como si fuera un videojuego, dándoles objetivos a cumplir para que la historia avance, la cinta es entretenida y se disfruta la relación en pantalla de Holt y Moore. El pequeño arco que el personaje de Moore tiene es suficiente para que la cinta no se vuelva una simple cinta de terror que uno ve a las tres de la mañana. Acompañando a Holt y Moore, con un pequeño papel tenemos a Matthew Modine, quien guía con su voz a las actrices sobre lo que tienen que hacer para sobrevivir.
Terror a 47 metros muestra la relación de dos hermanas que harían lo que fuera por salvar a la otra y también juega con los sentimientos del espectador quien está acostumbrado a los finales felices.