"El sol también es una estrella", un romance frío y distante como una.

A pesar de que el nombre augura mucha miel sobre hojuelas y un romance de esos que te hacen creer todo es posible al lado de esa persona especial, “El sol también es una estrella” nos demuestra cómo hacer una película romántica donde el romance brilla por su ausencia, se torna en una cinta aburrida y olvidable.

A pesar de tener dos protagonistas que hacen una bonita pareja, la cinta no logra transmitir el amor supuestamente planteado en el guion, donde dos jóvenes de familias inmigrantes se enamoran en el transcurso de un día, en el que la suerte de la chica se verá decidida sobre si puede quedarse en Estados Unidos o tendrá que regresar a su natal Jamaica; mientras que él, deberá de tomar la decisión de seguir el sueño impuesto por sus padres o tomar su propio camino; aunque, éste, signifique deshonrar el apellido familiar.

“El sol también es una estrella” la dirige la neoyorquina Ry Russo-Young, con una joven carrera, Russo-Young se queda corta en transmitir esa chispa romántica y amorosa esperadas en este tipo de tramas. A pesar de tener una bonita fotografía, la película no es más que bonitas postales donde las escenas son tan poco naturales y los actores no logran transmitir esa química en pantalla, a pesar de que hagan una bonita pareja.

Parte del problema es que la trama intenta jugar con el lado científico y estricto de una joven enfocada a un futuro ya planificado, para combinarlo con el de un joven deseoso de ser poeta, pero forzado a convertirse en doctor. Desafortunadamente, la combinación no funciona porque los personajes no logran conectar ni transmiten el supuesto amor y atracción que ambos profesan en la pantalla, los diálogos y escenas están tan enfrascadas en querer ser diferentes con este toque de inteligencia versus lo bohemio que dejan a un lado toda la magia que estás películas deberían tener.

Lo mejor de la cinta es Yara Shahidi quien se ve espectacular en pantalla y logra actuar mejor que su coprotagonista, Charles Melton. Sin embargo, ni la hermosura de Shahidi ni la guapura de Melton, logran salvar la cinta de ser no sólo una más del montón, sino una mala película romántica.

"El sol también es una estrella" ("The Sun is Also a Star")

“¿Y si te dijera que puedo hacer que te enamores de mí…?” Daniel Bae es un universitario romántico. Natasha Kingsley es una mujer pragmática, originaria de Jamaica. Un día mágico se conocen –y se enamoran– entre el fervor y la agitación de la ciudad de Nueva York. Una chispa se enciende inmediatamente entre estos dos extraños, quienes tal vez nunca se habrían conocido si el destino no les hubiera dado un pequeño empujón. ¿Será el destino suficiente para hacer que este par de adolescentes sin suerte se conviertan en dos afortunados en el amor? A tan solo unas horas de lo que parece ser su último día en E.E.U.U., Natasha lucha por evitar que ella y su familia sean deportados con la misma intensidad con la que lucha contra sus sentimientos incipientes por Daniel, quien hace un gran esfuerzo por convencerla de que están destinados a estar juntos.

Director: Ry Russo-Young

Guión: Tracy Oliver, basada en la novela homónima de Nicola Yoon

Con: Yara Shahidi y Charles Melton

Música: Herdis Stefánsdóttir

Fotografía: Autumn Durald

Compañía Productora: Warner Bros. Pictures / Alloy Entertainment / Metro-Goldwyn-Mayer

Distribuidor: Warner Bros. Pictures México

Fecha de estreno: 24 mayo 2019 México

País: Estados Unidos 2019

Duración: 100 minutos