Hay directores que llaman la atención con su opera prima y a la siguiente se derrumban incapaces de lograr mantener la atención, es por eso que llama la atención Robert Eggers, quien nos sorprendiera en 2015 con “La Bruja” (The Witch), una cinta de terror ambientada en Nueva Inglaterra durante el siglo XVII y que capturaba la esencia de los relatos de horror de esa época y, quien para su segundo largometraje, “El Faro” (The Lighthouse) nos lleva de nuevo a los horrores del pasado para crear una fascinante fábula sobre lo que ocultan aquellos que manejan la luz.
A finales del siglo XIX, Ephraim es contratado para ayudar al viejo Thomas Wake en el manejo de un viejo faro en las costas de Nueva Inglaterra. La relación entre ambos avanza a trompicones mientras se van revelando mitos, mentiras y la realidad comienza a confundirse con lo onírico.
Robert Eggers nos demuestra que es un autor que ha entendido demasiado bien el cine a la vieja usanza, si en su anterior trabajo nos mostraba una historia que parecía sacada de algún viejo libro de leyendas, ahora nos adentra en el mundo mágico del cine mudo, con una cinta que a pesar de ser enormemente dialogada (y con frases que respetan la semántica y ritmo del año en que está ambientada la cinta), nunca deja de recordarnos el cine silente de principios del siglo XX, por su ritmo, por la manera esta filmada, por su técnica. Y eso queda claro desde que arranca la cinta, donde recordamos de inmediato cintas como “Nosferatu” (Nosferatu, eine Symphonie des Grauens) -por cierto, su remake es el nuevo proyecto del director- con detalles nos recuerdan las texturas experimentales de Man Ray.
Y si la dirección es impactante, el duelo de actuaciones no se queda atrás. Podemos afirmar de forma categórica que por primera vez en toda su carrera, Robert Pattinson actúa, no balbucea intentos de actuación sino que lo hace de una forma convincente, y por primera vez logrando dar una réplica completa a su antagonista, y siendo este un Willem Dafoe en uno de sus mejores papeles de los últimos años, se podrán dar una idea del nivel alcanza.
La fotografía en blanco y negro corre a cargo de Jarin Blaschke, quien junto al director deciden usar un ratio de 1.19:1, el llamado Movietone, el cual fue usado a finales del cine silente y principios del sonoro (“M” de Lang usa este tipo de pantalla, por ejemplo), el cual ayuda a crear esa sensación de cine antiguo. Además, ayuda en demasía el diseño de arte, creado por Matt Likely y la decoración del set a cargo de Ian Greig. Todo se combina para ir llevando al espectador a un mundo de pesadilla.
“El Faro” continua lo mostrado por Eggers en “La Bruja”, un genuino interés en abordar temas del folklore intentando recrear de forma fehaciente la época. Si bien en esta nueva cinta no logra superar la anterior, si es un trabajo nada menor que nos sigue perfilando a una de las voces a seguir en los futuros años.
“El Faro” es más que un relato de terror, un cuento de hadas perverso, es un relato filosófico sobre lo que se oculta dentro de cada ser, del afán de mantener para uno sólo la luz y condenar a los demás a la obscuridad. Es la oportunidad de ver cine culto que no se esfuerza por demostrar lo es y que, en cambio, le brinda al espectador el nivel de lecturas que desee encontrar. Fascinante.
“El Faro” (The Lighthouse)
A finales del siglo XIX, Ephraim es contratado para ayudar al viejo Thomas Wake en el manejo de un viejo faro en las costas de Nueva Inglaterra. La relación entre ambos avanza a trompicones mientras se van revelando mitos, mentiras y la realidad comienza a confundirse con lo onírico.
Director: Robert Eggers
Guión: Robert Eggers / Max Eggers
Con: Willem Dafoe, Robert Pattinson
Distribuidor: Cine Canibal
Fecha de estreno: 18 octubre 2019 (Estados Unidos) 01 enero 2020 (México)
País: Canadá / Estados Unidos
Duración: 110 minutos