Uno de los directores argentinos más arriesgado de tiempos recientes es, sin duda, Lisandro Alonso. Con su muy particular estilo narrativo y su amor por la contemplación, ha retado a los amantes del cine comercial, caracterizándose por portar la bandera del cine independient ey de autor donde el intimismo va sobre la acción. Ese sello y el tiempo que se da entre proyectos lo hacen ser un provocador con el cual puedes engancharte o, de la misma forma, no conectar en absoluto con el gran público que usualmente busca alcanzar.
Nueve años después de “Jauja” (2014), donde Viggo Mortensen hacía del capitán Gunnar Dinesen en un extraño western que rompía tiempo y espacio al más puro estilo del bonaerense, Alonso estrenó “Eureka” (2023), exhibida por primera vez en el pasado festival de Cannes, donde nuevamente ahonda en sus pasiones y juegos narrativos para plantear una interesante metáfora sobre los efectos del colonialismo en los pueblos indígenas en un viaje que nos lleva por diferentes partes del tiempo.
La cinta inicia con, curiosamente, un western en blanco y negro donde Murphy (Viggo Mortensen), un pistolero, aparece buscando a su hija, claro eco de lo que sucedía en su anterior filme. Mientras seguimos su llegada, percibimos la bienvenida de un nativo americano que se pierde en el territorio desértico que anuncia el lugar profano lleno de vicios y violencia en la que, claramente, los indios no aparecen. Siguiendo esa misión de venganza, da con El Coronel (Chiara Mastroianni), quien le apunta el rumbo a lo que está buscando.
La estética blanco y negro y esa elusiva vibra onírica se rompe cuando Lisandro Alonso nos desengaña y hace ver que somos espectadores de un viejo neo western en una televisión vista por dos mujeres: Sadie (Sadie Lapointe) y Alaina (Alaina Clifford). Dando este giro al más puro estilo de autores como el recién fallecido David Lynch, el argentino se burla de cierta forma de ese cine colonialista donde los vaqueros dominaban el Oeste sin dejar huella de las sociedades nativas americanas que existieron antes de la llegada de esas civilizaciones.
Es este acto que alimenta de gran forma a “Eureka”, pues Alonso, con su capacidad de concentrarse en sus protagonistas, sus expresiones y cada acto que realizan (a veces hasta de forma excesiva), que nos muestra el tiempo presente en la Reserva Pine Ridge. Gracias a la vida y actividades de Alaina, una agente policial que, en su turno nocturno atiende las problemáticas surgidas en el lugar. Es así que ella navega entre uno que otro altercado de violencia, indios americanos que abusan de metanfetaminas y una denuncia en el gran casino del hombre blanco.
Alonso poco a poco muestra ese estrago, sin emitir juicio. El paso de Alaina muestra, de cierta forma, un hastío entre las viejas generaciones que se sienten desarraigadas, fastidiadas, con ganas de salir de ese lugar que antes les pertenecía. Y aunque pareciera que la esperanza o luz pudiera residir en los más jóvenes, como Sadie, quien esperanzadoramente entrena a un equipo de básquetbol sin esperar un reconocimiento, poco a poco siente ese desasosiego.
Existe entre ella y una actriz francesa (nuevamente Mastroianni) que vista el lugar para estudiar un papel de, en efecto, un western, que resalta el prejuicio y la falta de interés real hacia los indígenas americanos. Esa conversación termina por detonar un final onírico a este episodio que lleva a la chica a un viaje transformacional en donde dejamos de lado el salvaje México fronterizo del filme de inicio y la cruda realidad del presente para llegar a la amazonia brasileña, donde seguimos a unos cuantos muchachos que cuentan sus sueños mientras una peculiar ave, que tiene la capacidad de volar entre tiempo y espacio, es testigo del cambio entre ellos ante la ambición y el poder.
Uno de ellos se convierte en el centro de atención, mostrando nuevamente los vicios de la búsqueda del oro en plena década de los 70, auge de la dictadura en este país, donde la tierra sin ley de la selva se convierte en el paisaje ideal para que la fiebre del oro cambie por completo la perspectiva y destino de aquel que, en otros tiempos, saliera victorioso cometiendo un acto imperdonable. Sin embargo, es en esta parte donde el bonaerense peca de excesivo con su estilo al mostrar prácticamente sin diálogo este episodio que raya casi en los 40 minutos.
Es en ello donde se encuentra la belleza, pero también el pecado de Alonso en “Eureka”. Aunque los paisajes lucen hermosos y muestran testimoniales de esos cambios que tanto afectan a los que menos pueden hacer al respecto, el ejercicio onírico simbólico del cineasta y guionista toma vuelos que pueden caer en la pretenciosidad suma. Ni qué decir del reto constante en el ritmo que, como decíamos, presenta también el artista en aras de la apreciación de la belleza de lo auténtico.
Al final, “Eureka” si resulta un ejercicio interesante que puede ser el más retador y ambicioso del realizador a la fecha, dejando en el espectador interesantes reflexiones sobre una problemática social que parece repetirse con el paso del tiempo y no detenerse jamás. Y es que desde el colonialismo hasta la gentrificación, pareciera que “Eureka” muestra una cuestión llena de muchas ideas y preguntas, pero pocas respuestas ante el cruel balance de un mundo que deja de lado a los ‘olvidados’. Para los asiduos del argentino, será un gran añadido, pero para aquellos que no lo conocen, no será un plato sencillo de digerir. Y tampoco es el más complejo.
Los invitamos a ver el tráiler.
“Eureka”
Alaina está cansada de ser oficial de policía en la reserva de Pine Ridge y decide dejar de contestar su radio. Su sobrina Sadie pasa una larga noche esperándola, sin éxito. Herida, decide emprender su viaje con la ayuda de su abuelo: volará a través del tiempo y el espacio hasta Sudamérica, finalmente dejará de ver viejos westerns en blanco y negro que no la representan de ninguna manera, y todo se sentirá diferente cuando escucha los sueños de otras personas, las que viven en el bosque. Pero no habrá conclusiones definitivas…los pájaros no le hablan a los humanos, sin embargo, si pudiéramos entenderlos, seguro tendrían algunas verdades que contarnos.
Dirección: Lisandro Alonso
Guión: Lisandro Alonso / Fabián Casas / Martín Caamaño
Con: Viggo Mortensen, José María Yazpik, Chiara Mastroianni, Viilbjørk Malling Agger
Distribuidor: Piano
Fecha de estreno: 16 febrero 2024 (Reino Unido) 30 enero 2025 (México)
País: Argentina / Francia / Alemania / Portugal / México / Países Bajos 2023
Duración: 146 minutos