
Toda road movie tiene como fundamento ser una alegoría del viaje personal interior que se representa mediante una búsqueda, este caso en principio no pretende ser la excepción sobre el personaje principal.
El argumento central se enfoca en que Luis busca a Mar (hija de Luis), le acompaña en su búsqueda Esteban (hijo de Luis y hermano de Mar), lo hacen en principio en raves de música electrónica en el desierto de Marruecos.
Al ver la cinta no queda duda de que Marruecos es espectacular, la historia se desarrolla en el desierto y la fotografía de sus paisajes es tal vez lo mejor de la película, es una muestra de la maestría del director al captar tanto la belleza como la hostilidad del desierto.
Por otro lado, la narrativa tarda en arrancar al pretender mostrar al inicio la forma en que se llevan a cabo los raves y los problemas que suelen tener con las autoridades al ser eventos clandestinos, esto desencadena el inicio del viaje real.
El problema con la cinta es que tiene elementos narrativos absurdos que desembocan en giros de tuerca que tampoco tienen sentido del todo, a pesar de ello, la intención de mostrar la fragilidad y las pérdidas del personaje principal se logran comprender, aunque de forma un tanto forzada y todavía más dramática que al inicio.
En otras palabras, el viaje de autodescubrimiento al verse limitado por la pérdida, se convierte en un intento de crecimiento personal frustrado, no solo no logra su objetivo inicial sino que se incrementa su pérdida al enfrentarse al desierto y sus peligros, del cual, aunque sale victorioso (él, pero no todos los que le acompañan), no tiene una posibilidad de regreso a su vida cotidiana de la misma forma; además, tampoco el crecimiento es determinado por un esfuerzo personal sino por las circunstancias que lo hacen revalorar a sus hijos y la vida misma.
Otro elemento que vale mucho la pena es la música (no podía ser de otra manera por la temática), ésta convierte la película en una experiencia sensorial que invita a entenderla desde una perspectiva visceral más allá de lo racional.
Los personajes en general se encuentran muy bien definidos, toma relevancia la personalidad de los que acompañan a Luis en su viaje aparte de su hijo (otros ravers), sobre todo en la segunda parte de la película donde se muestra un lado humano de cada uno (por llevarlos al extremo).
El final deja un sabor de boca agridulce al no tener una definición de la búsqueda principal y exponernos a situaciones que no solo no nos dejan pensando en el crecimiento y aprendizaje de los personajes sino en lo absurdo de las situaciones.
Sirât se proyectó durante el Festival Internacional de Cine de Morelia 2025 y forma parte de las películas seleccionadas en la 78a. Muestra Internacional de Cine.
Sirât. (Sirât: Trance en el Desierto)
Aquí puedes ver el tráiler.
Sinopsis oficial: Un hombre y su hijo llegan a una rave en medio de las montañas. Buscan a su hija y hermana, desaparecida hace meses en una de esas fiestas sin amanecer. Con poca esperanza, siguen a un grupo de ravers que van a una última fiesta en el desierto. A medida que se adentran en la naturaleza, el viaje los obliga a enfrentarse a sus propios límites.
Dirección: Oliver Laxe
Guión: Oliver Laxe y Santiago Fillol
Con: Sergi López, Bruno Núñez, Stefania Gadda, Joshua Liam Henderson, Tonin Janvier, Jade Oukid y Richard Bellamy.
Fotografía: Mauro Herce
Edición: Cristóbal Fernández
Música: Kangding Ray
Compañía Productora: Movistar Plus+ Original, Filmes da Ermida, El Deseo, Uri Films, 4A4 Productions
Distribuidor: Zima Ent
Fecha de estreno: 11 de octubre de 2025 (México)
País: Francia/España, 2025
Duración: 115 min.
