El Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF) 2013 regresó después de un año de ausencia a San Miguel de Allende y lo hizo por la puerta grande al arrancar su directora, Sarah Hoch, con uno de los anuncios más espectaculares y ambiciosos en la historia del mismo: La Fábrica GIFF, la cual será un Centro de Desarrollo y Producción Cinematográfica que buscará impulsar y posicionar al lugar como una nueva maquila de sueños.
La presentación de la misma fue una de las primeras sorpresas del día al tratarse de un proyecto sumamente ambicioso que abarcará tres hectáreas y que será equipado con la tecnología más moderna para tener salas de cine, teatro y música de cámara, a la par que foros cinematográficos.
La presentación fue el momento de reencontrar a viejos amigos y conocidos de festivales, de diarios, otros web pages y hasta radio y televisión. También sirvió para encontrar a personalidades como Spencer Tunick y María Rojo que se dieron cita para acompañar el lanzamiento del lugar, así como políticos y personalidades como Paula Astorga, directora de la Cineteca Nacional.
Tras la presentación se dio el inevitable brindis con vino espumoso adornado con granada y agua de horchata y limón que lograron bajar un poco el calor del día.
El otro gran evento, el principal fue la inauguración formal del GIFF 2013 que se dio en el Cine Aldama, un cine a la antigua, con butacas poco cómodas, espacio mínimo de movimientos, con una pantalla inmensa y con un segundo piso para poder ver desde ahí, es sin duda importante decir que es una grata experiencia recordar cómo eran las funciones a principios de los 80s en pleno siglo XXI.
La inauguración corrió a cargo de la cinta Fruitvale Station (esperamos que Corazón Films, quien distribuirá la cinta en México, no le ponga un título como “Crimen en el Metro” o “La muerte de un inocente”), la cual sorprendió a todos los asistentes al narrar los conocidos hechos ocurridos el día de año nuevo en la estación del mismo nombre en 2009.
Fruitvale Station es una de las grandes películas del año que impacta por su manufactura, su sensibilidad y grandes actuaciones. Ryan Coogler con su Opera Prima logró conmover a los asistentes a la función que le brindaron un cálido aplauso al terminar pero que le brindaron un mejor silencio reflexivo durante los créditos finales.
La fiesta estuvo a cargo de Jeffrey Mpondo quien con su fusión musical de jazz, tropical, rap mantuvo contenta a la asistencia que no paraba de degustar los platillos y beber en la primera noche del festival.
GIFF 2013 promete y mucho.
