El primer actor Eric del Castillo dio una charla en donde habló de su carrera y de su vida en la ciudad de San Miguel de Allende, Guanajuato, dentro de las actividades de la Décima Octava Edición del Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).
Este evento se llevó a cabo en un auditorio de Bellas Artes, en el centro de la ciudad. Rolando Martínez, fue el moderador de la charla, quien le preguntó cuestiones y detalles personales y profesionales al histrión.
Eric del Castillo comenzó su plática hablando sobre su niñez y juventud, donde él mismo se domina un “niño problema”. Recordó su niñez en Celaya, en medio de animales y escondiéndose entre las milpas porque le gustaba sentir la soledad y la tranquilidad de ver “el rocío de las hojas, ver cómo crecen las mazorcas”.
El actor comentó que su nombre se lo puso su padre por el actor y director Erich Von Stroheim, “un tipo que siempre salí de militar” recuerda del Castillo. Añadió que le dio tristeza que su padre no lo haya visto como actor pero tomo el tiempo para recordar su muerte mientras intentaba apagar un incendio, suceso en el que fallecieron doce bomberos más, “una de las peores tragedias de bomberos” resalta el primer actor.
Cuando la madre de del Castillo se vuelve a casar, la familia se traslada a la Ciudad de México donde Eric se siente asfixiado al vivir en una humilde vecindad después haber disfrutado de la libertad y la naturaleza de Celaya. La indiferencia del padrastro lo lleva a escaparse una docena de veces y de sufrir eventos muy fuertes como la vez que un grupo de militares lo subió a un caballo con una soga al cuello para obligarlo a confesar un robo, que el actor comenta él no tuvo nada qué ver.
El primer actor habló de que todo lo que vivió, la educación que recibió fue la de “letra con sangre entra” y mencionó que todo esto le sirvió y al entrar al mundo histriónico encontró “un mundo, un arcoíris de sentimientos humanos y el poder interpretar personajes de toda índole”.
Al hablar de su visita a la Academia y ver las instalaciones, las fotos de María Félix, Pedro Armendáriz, de la Familia Soler, con lágrimas y un nudo en la garganta dijo: “(…) eso fue una especie de vértigo, un remolino que me levantó y me llevó y dije: Yo quiero ser esto, yo quiero ser actor hasta que me muera”.
