El diario latercera.com ha publicado hoy una entrevista que DPA (Deutsche Presse-Agentur) hizo a Víctor Ugalde, presidente de la Sociedad Mexicana de Directores-Realizadores de Obras Audiovisuales, donde se afirma que los productores y distribuidores mexicanos pagarán a partir de 2012 un impuesto adicional si quieren que sus películas sean vistas en las nuevas salas de cine digitales.
El impuesto Virtual Print Fee (VPF) es importado de Hollywood y se aplica en todos los mercados donde tiene influencia, incluyendo América Latina. El pago tiene como finalidad que los dueños de los salas de cine recuperen la inversión que hicieron para cambiar de proyectores de celuloide (35 milímetros) a digital (con disco). La cantidad a pagar es establecida por los exhibidores de cada país y en México es de 800 dólares por pantalla de cine.
A partir del 2008, exhibidores estadounidenses agrupados en la National Associaton of Theater Owners (NATO) acordaron con los distribuidores y productores compartir los costos de la digitalización de las salas cinematográficas.
Según Ugalde, la cuota de recuperación, tal y como ha sido aplicada en México, impactaría de forma negativa en la exhibición del cine nacional "porque el modelo se copió de Estados Unidos donde las ganancias se reparten de forma diferente".
En Hollywood los estudios producen y distribuyen películas en su país y en el mundo entero y sus ganancias millonarias les permiten pagar la cuota sin ningún problema.
En México, además de los bajos presupuestos del cine, el gobierno participa en la producción de películas a través de fondos y parte de ese dinero se utiliza para financiar la distribución. Los productores independientes no podrán pagar la cuota por pantalla digital y perderán la oportunidad de que más gente vea sus películas.
El gobierno mexicano aprobó recientemente un fondo extraordinario de 80 millones de pesos (unos 6 millones de dólares) para apoyar la distribución y publicidad de películas mexicanas.
"El problema en México es que el productor y distribuidor pagará la mayor parte de los costos por la conversión digital de salas de cine", comentó Víctor Ugalde.
En México, un productor o distribuidor invierte 1.000 dólares por copia de película en 35 milímetros, que puede exhibir en varios cines. Con la conversión, el distribuidor pagará 15 dólares por disco digital, pero pagará 800 dólares por cada pantalla que utilice.
