Despertar el polvo, los barrios bajos de la ciudad

Despertar el polvo CríticaEntre mezcla de documental y ficción, Despertar el polvo presenta a una parte de la Ciudad de México, específicamente el campamento 2 de octubre, como personaje de esta metrópoli. Con el personaje principal un miembro de la misma comunidad del campamento, la película nos muestra una historia basada en experiencias personales pero también de la creación del director/guionista para poder darle el toque personal de Hari Sama al combinar sueños y realidad dentro de la ficción. 

Despertar el polvo es la más reciente película del director de Sueño de Lú, Hari Sama. Sin embargo, Sama se adentra ahora en una ficción basada en hechos reales y sus propias aportaciones que por momentos parece inverosímil y forzada. Los eventos que pasan en la película se pone en entredicho, no por la violencia de estos o porque no pueda llegar a pasar en la vida real, sino porque el personaje principal “El Chano” un indigente que tiene un pasado criminal en la zona y que todo el mundo lo conoce; hasta la policía, se convierte en el foco principal de ataques y errores, como es robar en la misma zona en la que vive sin dar aviso a las autoridades para que no lo arresten, algo que se deja claro que ya sabía y que tiene completo conocimiento de cómo es que funcionan las cosas en su barrio. 

La película inicia con un plano secuencia que convierte a la Ciudad en su propio narrador, vemos a “El Chano” vagar entre calles, visitando a tenderos y restaurantes que le regalan algo de tomar y comer. La secuencia con la que abre la película da más una sensación de documental pero pronto se da el cambio a la ficción, una ficción en parte denuncia. 

La trama está construida no como un relato exacto de algo que haya pasado sino de diferentes experiencias de las personas que viven ahí. Sin embargo, en la búsqueda de cierta tono de denuncia la película se siente a medias, ni llega a ser documental porque no está retratando algo que está pasando sino es una ficción y cómo ficción se siente como documental de denuncia que al final toma una salida sencilla al usar un elemento surreal. 

Despertar el polvo se aleja diametralmente del trabajo que Hari Sama hizo con El sueño de Lú donde el apego con la protagonista, Úrsula Pruneda, es maravilloso y te lleva de la mano, junto con la protagonista, a la catarsis. El ritmo contemplativo que funciona de maravilla en El sueño de Lú, en Despertar el polvo se siente que sobra y que no es hasta entrada la película, cuando se ve el cambio en “El Chano” que la película empieza. 

La película por momentos se siente que hubiera funcionado mejor en un cortometraje, sin embargo es de resaltar el trabajo de “El Chano”, Donaciano Hernández Pérez. Hernández no es un actor profesional y ha sido indigente, de ahí la primer parte de la película. 

En su todo, Despertar el polvo es la búsqueda de la denuncia de su director y guionista que en su afán de conseguir ésto, fuerza la historia para lograrlo y acciones que deberían parecer lógicas quedan en entredicho debido a lo mismo que se presenta en la trama. Por momentos contemplativa, pero un trabajo que se hizo dentro de la misma comunidad del campamento 2 octubre en el que la gente es también parte de la película.


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