Luc Besson regresa a lo que mejor sabe hacer, cine de acción con trasfondos filosóficos, como lo hiciera en El Quinto Elemento (The Fifth Element). En esta ocasión además se basa en la falacia de que el ser humano sólo usa el 10% de su cerebro para darle cierto soporte “ciéntífico” a su relato y nos entrega uno de sus mejores trabajos de los últimos años, Lucy, una cinta que la amas o la odias, sin puntos medios.
Lucy estudia en Taipéi, Taiwan. Obligada por su ligue ocasional a entregar un portafolios a un jefe de la mafia local, se ve envuelta en una operación para trasportar droga dentro de su vientre. Cuando la droga se libera ella descubre que puede utilizar más porciones de su cerebro, no sólo el 10% que se dice el humano usa. Decidida a hacer algo con ese conocimiento se enfrasca en una búsqueda que puede culminar con su muerte.