Tres años vertidos en escribir una novela para darse cuenta que el mundo editorial no es nada sencillo. Años pasan y la ilusión se esfuma cuando la rutina de un trabajo de oficina y la vida en pareja toman prioridad. Pero llega un momento en el que gracias a encubrir la verdad llega todo aquello que siempre se ha esperado.
El gran secreto (The Words) protagonizado por Bradley Cooper, al lado de Jeremy Irons y Zoe Saldana, es una película que está lejos de ser una película sin fallas pero que retrata de alguna manera el mundo actual en el aspecto de la publicación y autoría de libros. Cooper en uno de sus papeles serios queda opacado por Jeremy Irons, mientras que el pequeño papel de Zoe Saldana no es más que el catalizador para que la historia avance.
La película en realidad no llega a nada, lo cual tiene algo de bueno. El gran secreto habla del plagio en una obra literaria. Algo nada ajeno al mundo actual, tenemos el controversial caso del Premio de la Feria del Libro de Guadalajara 2012 en la que se le dio un premio de 150 mil dólares a Alfredo Bryce Echenique, un escritor, que a pesar de aceptar abiertamente el plagio en sus obras, sigue siendo reconocido en eventos de la magnitud de la FIL.
Algo similar tenemos en El gran secreto, es esta falta de conciencia ética profesional y personal en la que no importa lo que hayas hecho, no hay una visible consecuencia, tal vez un alma torturada, tal vez la vida en pareja no es lo mismo pero delante de la sociedad seguirán aplaudiendo de pie.
Lejos de lo que se puede interpretar de la película, en su construcción falla en lograr un cierre que verdaderamente indique que lo anteriormente dicho era su intención, es más bien una falta de tomar un camino en la historia y sólo contar una anécdota.
En cuestión técnica no hay reproche que ponerle sin embargo más allá de ser visualmente agradable, muy buenas actuaciones y una historia que llega al corazón (la historia plagiada), El gran secreto carece de lograr ser del todo una buena película aunque entretenida por momentos.