“Herencia Siniestra” un absurdo entretenimiento

El cine de terror muchas veces muestra bien las raíces de donde proviene ocultas entre las narrativas o formas del género. El horror asiático suele caracterizarse por la mirada de lo espiritual y el mudno de los espectros, usualmente mujeres, que aterrorizan a los protagonistas. En Hollywood, el jump scare, las casas abandonadas o los slashers muestran un a-b-c de fórmual probada que la gente suele comprar sin importar lo mala que sea el producto. Pero en Latinoamérica, el terror ha mostrado diferentes caras y temáticas, reinventando conceptos (Cuando Acecha la Maldad, Rugna, 2023) e incluso reinterpretando los mismos, dándoles un toque auténtico (Huesera, Garza Cervera, 2022).

Entre esas visiones diferentes donde el bajo presupuesto o el ingenio de los realizadores provocan historias interesantes en fondo y forma, el cine brasileño y portugués se distingue no sólo por inclinarse normalmente hacia la dura crítica social que el colonialismo dejó sobre ellos (A Mata Negra, Aragao, 2018) o la desigualdad que se acentúa en el país sudamericano con funestas consecuencias (Property, Bandeira, 2022). Sin embargo, Gabriel Abrantes, realizador portugués nacido en Carolina del Sur, explora ahora las entrañas de un horror folclórico donde la brujería y los lazos de familia coinciden en la bizarra pero entretenida “Herencia Siniestra” (Amelia´s Children, 2023).

Después de llamar la atención con la parodia futbolística “Diamantino” (2018), locura de este también artista visual que se presentó en Cannes durante la aclamada sección Un Certain Regard, Abrantes vuelve a hacer mancuerna con el actor Carlotto Cota, que interpreta a Edward, un joven que esta en búsqueda de su familia biológica. Con ayuda de su novia, Riley (Brigette Lundy-Paine) y una aplicación muy extraña, ambos emprenderán un viaje a una pequeña villa en lo alto de los bosques portugueses donde encontrará ese lazo perdido por años con un hermano (Cota, pero con cabello largo y rizado) y su madre, sin saber que hay un perturbador secreto detrás de esos vínculos de sangre.

La historia, escrita por el mismo Abrantes, coquetea con el mito de la brujería, tomando incluso como referencia la obra de Francisco Goya en su relato, mismo que realizó una serie de seis cuadros titulada “Asuntos de Brujas” donde, según se decía, aparecen madres con niños en los brazos que eran el alimento de la “bestia”. Este ejemplo es fundamental para comprender los caminos que el realizador camina con plena irreverencia, misma que se detona con el papel doble de Cota, creando un díptico retorcido entre la idiotez de su Diamantino y la oscuridad de un Jack Torrance en “El Resplandor” (Kubrick, 1980) en ese juego de hermanos distantes que se reencuentran.

Asimismo, resalta que la historia tiene momentos que rayan en el absurdo, siendo un punto que parece ser característico de algunos relatos que coquetean más con el folclor de la cultura portuguesa/brasileña, recordando ejemplos donde la comedia y el irreverente funcionan bien para el horror de ellos, en casos que van desde una ballena zombie (Mar Negro, Aragao, 2013) hasta cazadores de fantasmas un tanto torpes (Exterminadores do Além contra a Loira do Banheiro, Bittar, 2018). Es ahí que Abrantes encuentra la justificación de sus pecados narrativos, mismos que combinan la locura del director con los convencionalismos del genero.

La edición del filme independiente producido enteramente en Portugal es buena, presentando un ritmo que no decae y aprovecha lo mejor que puede la hora y media de duración de esta locura. Ni qué decir de la musicalización, misma donde ayuda a entablar la atmósfera de suspenso de esta misteriosa casa donde reside la madre, cuyo aspecto exagerado de maquillaje parece salido de una telenovela mexicana, dándole un toque entre lo hilarante y lo espeluznante, una constante en el tono de este filme que pareciera tener esa intención todo el tiempo. Ni qué decir del uso de temas portugueses como “La Chica de Ipanema” para resaltar una muy bizarra escena de baile que lo mismo provoca risas como escándalo.

Dentro de esta cinta, que efectivamente toca un giro de tuerca bastante perturbador y grotesco, destaca la labor de Brigette Lundy-Paine, que es usada como la guía del relato y es testigo de los cambios que su novio comienza a tener al momento de conocer a su familia. Poco a poco y mediante secuencias de sueños bastante extrañas, Brigitte dota de una vulnerabilidad interesante a Riley, enfrentándola a ese viejo mito que rodea el secreto de sangre de su pareja, logrando hacer un papel scream queen eficiente en medio de la atrocidad temática que se revela y se sospecha previamente. Es ella la que, en si, otorga ese balance perturbador a una cinta que utiliza no sólo elementos del folclor de las brujas, sino también de las casas malditas y las familias insanas.

No, “Herencia Siniestra” no es ni de lejos un producto sorprendente y original, de hecho, su encanto parece residir en esa locura y caos característica de un cine que puede ser exageradamente absurdo. A pesar de ello, Abrantes, como lo hizo en su largometraje anterior, sortea esos retos de tono para entregar una cinta efectiva de género cuya irreverencia y sus escasos momentos perturbadores (específicamente hacia el final) provocan algo en el espectador, ya sea el rechazo total o la risa incómoda, pero también uno que otro susto efectivo a través de los clásicos jump scares, mostrando que, a veces, es mejor no crear lazos con el pasado, no sea que éstos vayan a estar malditos.

Herencia Siniestra” (Amelia´s Children)

Dirección: Gabriel Abrantes

Guión: Gabriel Abrantes

Con:  Brigette Lundy-Paine, Carloto Cotta

Distribuidor: Imagem Films

Fecha de estreno: 18 enero 2024 (Portugal) 20 junio 2024 (México)

País: Portugal 2023

Duración: 91 minutos


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