Basada en el guión original de Henrik Galeen, quien hiciera una adaptación libre de “Drácula” de Bram Stoker, para el director alemán F. W. Murnau en 1922, Robert Eggers entrega una muy particular versión de la historia, una que le permite seguir explorando sus temas habituales y que, a la par, rinde homenaje a la figura del vampiro, regresándole a sus perturbadore orígenes, de los cuales se había alejado a esta mítica criatura en los últimos años.
Thomas Hutter es comisionado para ir a los Cárpatos para venderle una propiedad al conde Orlok, dejando sola a su esposa Ellen, quien sufre de vívidas visiones mórbidas. Thomas es hecho prisionero por el conde, que se revela como un vampiro, quien abandona su castillo para ir a la ciudad, con la única finalidad de reencontrar a Ellen, a quien conoció años antes. La lucha por el alma de Ellen tendrá como fondo la peste y la destrucción de aquellos a quienes tengan contacto con ella.
Eggers es un director que se ha dedicado a explorar la perversión de la inocencia y la forma en que la sexualidad revela la verdadera personalidad de las personas, desde su primera cinta “La Bruja” (The Witch, 2015) su peculiar visión le ha hecho ganarse la atención de la comunidad fílmica y, ahora, con su más reciente trabajo, nos sumerge en una historia que nos lleva de vuelta al terror gótico, con algunos homenajes al cine expresionista alemán, pero sobre todo, al cine de horror de la Hammer, creando una efectiva, aunque no perfecta cinta. Hay que destacar la banda sonora de Robin Carolan, la cual acompaña subrayando las escenas, marcando la tensión y las sensaciones.
La película es protagonizada por Lily-Rose Depp quien es el punto más débil de la cinta al entregar una actuación sumamente afectada, histérica, sobreactuada por momentos, donde resulta por momentos más repulsiva que el mismísimo Nosferatu, interpretado por Bill Skarsgård. El papel del esposo recae en Nicholas Hoult y el del cazavampiros en Willem Dafoe, quien crea un personaje alucinado, lunático, enfebrecido. Destaca como amigos de la familia Aaron Taylor-Johnson y Emma Corrin.
“Nosferatu” rompe el molde clásico del no muerto de la cinta de Murnau y que había sido respetado por Herzog en su remake de 1979, el ente de ésta cinta no es un ser pálido sino es una criatura emparejada más a los zombies clásicos, a los muertos vivientes, con una apariencia putrefacta, con partes descompuestas. Un vampiro con un marcado acento rumano que no sólo trae muerte y destrucción, sino que es un consumidor de vitalidad, y que en ese aspecto, despierta en Ellen, desde antes de su boda con Thomas, una necesidad sexual que la consume y domina. Desafortunadamente, insisto, la actuación de Depp en lugar de ayudar a crear ese vínculo y entendimiento con el espectador, lo único que consigue es distanciarle de los hechos y, lo peor de todo, fastidiar la experiencia.
Hay que dejar claro que este “Nosferatu” no es una cinta expresionista, como la original, si bien tiene algunos detalles, estos funcionan más como homenajes y referencias que como un estilo en pantalla, en realidad Eggers juega a crear una cinta de atmósfera victoriana que por momentos recuerda a cintas como “La Edad de la Inocencia” (The Age of Innocence, Scorsese 1993) y, sobre todo, el magnetismo de la era dorada de la Hammer.
“Nosferatu” es un trabajo interesante de Eggers, quien sigue consolidando su estilo y temas, con una película que termina resultando un buen ejercicio de estilo, que si bien sufre por su elección de su protagonista femenina, sobresale en los detalles técnicos y en su fuerza visual.
Los invitamos a ver el tráiler.
“Nosferatu”
Dirección: Robert Eggers
Guión: Robert Eggers
Basado en el guión de “Nosferatu” de Henrik Galeen y en “Drácula” de Bram Stoker
Con: Bill Skarsgård, Nicholas Hoult, Lily-Rose Depp, Aaron Taylor-Johnson, Emma Corrin, Willem Dafoe
Distribuidor: Universal Pictures
Fecha de estreno: 25 diciembre 2024 (Estados Unidos) 01 enero 2025 (México)
País: Estados Unidos 2024
Duración: 132 minutos