Para mi abuela, que me regaló un viaje de 40 años a su lado. Gracias por todo.
Hay lazos de familia que son duros de romper, como el de padre e hijo. Pero es la inevitabilidad del paso del tiempo y la vejez la que nos condena a tener que aprender a soltar poco a poco y valorar cada momento, cada instante al lado de nuestros seres más queridos. Puede ser a través de pláticas largas o, a veces, de un viaje en búsqueda de lo que alguna vez fue el sueño de la vida de nuestros progenitores. Tal es el caso de “El Último Viaje” (Den sista resan), un conmovedor e hilarante documental en donde Filip Hammar aprovecha para darle una inyección de vida a su octogenario padre, Lars.
La belleza de este relato radica en cómo esa convivencia entre ambos crece, pero también enfrenta momentos duros, todo esto mientras Filip asimila y acepta lo inevitable: su padre ya no podrá ser el de antes mientras el tiempo nos prepara para dar el último gran viaje. Dirigida por él y su gran amigo, Fredrik Wikingsson, la cámara captura todos los pormenores del regreso de Lars a su amada costa francesa, lugar donde solía pasar sus días festivos.
Con el antecedente que ambos realizadores tienen como periodistas, ambos saben enriquecer esta historia llena de corazón y humanidad de caos y espontaneidad. Ambos sacan provecho no sólo del material conseguido en la travesía desde Suecia hasta Francia en el pequeño auto que consiguen, sino que lo enriquecen con material de archivo de la familia, donde podemos ver algunas de las memorias de un joven Lars que poco a poco van marcando la perspectiva de la narrativa.
Uno de los mensajes que “El Último Viaje” contiene y es el eje del filme en sí es sobre el inclemente paso del tiempo. La reflexión que va surgiendo en Filip durante los momentos que comparte con su padre le permiten abrir los ojos al desgaste y el dolor que Lars vive a diario. Las desavenencias en su estado de salud y los tratos, a veces indignos, que encaran ambos, permiten que el drama se maneje sin llegar a un chantaje emocional, sino en un llanto natural que compartes con ambos.
Por otro lado, está la memoria de Lars como maestro, algo que termina por ser de suma importancia casi al final de este último viaje, pues demuestra cómo a pesar del inevitable paso del tiempo hacia nuestro destino final, siempre hay cosas memorables que dejamos en el camino. Los encuentros con el pasado del señor Hammar nos muestran la importancia de nuestros pequeños actos en vida y cómo ellos pueden perdurar para siempre.
La música y la fotografía ayudan mucho en “El Último Viaje”, pues ambas nos hacen sentir que estamos en un road trip emocional, ofreciendo una experiencia que nos pone en los zapatos de Filip y Lars, respectivamente. Ni qué decir de los momentos en los que el viaje en ese pequeño Renault que no alcanza más de 40 millas por hora nos ofrece como centro de convivio entre los directores y el protagonista del relato, Lars. Es una experiencia brillante, un tanto inmersiva, que nos regala postales memorables.
Pero lo que hay que aplaudir de este documental es la buena vibra que nos otorga. Existe un halo de esperanza en medio de la poca certeza sobre lo que tiene Lars y el mismo viaje que se convierte en un factor contagioso. Todo esto mientras ambos, padre e hijo, revaloran la vida desde los diferentes espectros en los que cada uno existe. Esto hace que la cinta tenga un peculiar propósito que reta la fragilidad de la vida para enaltecer que, aún con el innegable y voraz tiempo encima, el tercer acto de nuestras vidas no tiene que ser oscuro o doloroso, sino inspirador.
Otro aspecto digno de mostrar es el realismo que también abarca la cinta, pues a pesar de su mensaje alentador, no deja de mostrar sin tapujos esos momentos de desacuerdo entre padre e hijo, además de infortunios que Lars enfrenta vistos desde la mirada incomprendida de Filip y Fredrick, donde vemos cómo es que, aunque no quieran, van aceptando que la vejez limita mucho, al grado de no poder usar un cuchillo para cortar verdura, causando esto también un quiebre para reflexionar sobre el trato hacia nuestra comunidad de la tercera edad.
Pero a pesar de que Lars está consciente de que nada va a cambiar y puede que incluso, empeore, “El Último Viaje” encuentra un abrazo cálido donde abraza las consecuencias, siempre y cuando pueda disfrutar de la alegría de esos momentos al lado de su hijo y el codirector en una mirada tan optimista como realista que ofrece un desenlace que promete un par de lágrimas para aquellos que saben el dolor de las despedidas pero también el gozo de aquellas historias y momentos pasados con nuestros congéneres.
Así, “El Último Viaje” es un testimonio final que, en suma, es un relato hermoso que honra la vida, el tiempo que tenemos en el presente y cómo el pasado nos marca. Pero no deja de recordarnos que, sin importar la edad, el viaje o el destino, lo más hermoso está en el viaje enriquecedor lleno de claroscuros y memorias que nos hacen valorar aquellas pequeñas cosas
“El Último Viaje” (Den sista resan)
Filip y Fredrik, el famoso dúo televisivo sueco, se embarcan en un viaje a Francia con el objetivo de reavivar las ganas de vivir del padre de Filip.
Dirección: Filip Hammar / Fredrik Wikingsson
Fotografía: Erik Persson / Erik Vallsten / Robin Trollin
Edición: Johan Kjellberg Elgemark / Robin Wikner
Música: Christian Olsson
Compañía Productora: Nexiko / Nordisk Film Distribution / RMV Film
Distribuidor: Universal Pictures
Fecha de estreno: 01 marzo 2024 (Suecia) 03 abril 2025 (México)
País: Suecia / Francia 2024
Duración: 95 minutos