Señales de onda corta, un mundo de voces que no se comunican de origen disonante que genera entropia

señalesdeondacortaEl monólogo teatral de manufactura independiente, Señales de Onda Corta,  convirtió en su casa al Foro del Dinosaurio durante dos fines de semana. Dicho recinto se encuentra dentro de las instalaciones del Museo Universitario del Chopo, ubicado en Dr. Enrique González en la Colonia Santa María la Ribera, posteriormente, ha seguido su andar teatral en el Teatro Sergio Magaña de la Secretaría de Cultura del Gobierno del DF, en la misma colonia como parte de un Festival de Monólogos que es organizado por esta instancia gubernamental.

El montaje está dirigido y al mismo tiempo es protagonizado por la dinámica e hiperactiva Katia Castañeda, actriz y bailarina quien siempre ha diseñado y realizado obras  que resultan arriesgadas y pone su empeño en que estas cuenten con una puesta en escena única y con propuesta  y  tiene  la dramaturgia de Javier Peñalosa , quién se hizo acreedor a una beca en esta materia en Nueva York.

El diseño sonoro, compuesto de voces en varios idiomas, donde, incluso se destacan diálogos en japonés y húngaro, fue diseñado por el  regiomontano Hombre Orquesta, Artista Visual y maestro de cuencos tibetanos, Daniel Lara Ballesteros.

Este espectáculo que dura, aproximadamente, 1 hora, cuenta con la asistencia de vestuario y producción de otra regiomontana talentosa y creativa( la diseñadora de modas Eunice Gómez quien realiza estas funciones dentro de este espectáculo unipersonal)

La historia que cuenta el montaje narra precisamente, la situación de K quien viene de una familia de voces bajitas; algunos de ellos se han quedado sin  aquel poderoso instrumento que constituye la voz humana y es lo que le puede pasar  en el futuro al personaje protagónico de este soliloquio, si no resuelve el conflicto que tiene con sus propios fantasmas.

K está atrapada en un lugar repleto de casetes y viejas grabadoras.

La obra hace una reflexión sobre el lenguaje, la manera en la que nos relacionamos con él y cómo puede unirnos y separarnos al mismo tiempo. En sus intentos por salir de este lugar, K descubre palabras olvidadas, hirientes o dichas en voz baja por ella misma. Lo que al final, nos lleva a reflexionar como espectadores ¿Si nuestras comunicaciones si resultan o no efectivas en este mundo en el que estamos rodeados de mensajes y estímulos?  También, nos deja con la reflexión final ¿ En realidad somos empáticos o no con los demás seres que habitan este mundo? Donde cada quien canta su propia melodía y habla un idioma distinto.



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