“El Cuerpo en que nací” un canto a la inocencia, a la madurez, a la libertad

 

Tomando como base la novela “El Cuerpo En Que Nací” de Guadalupe Nettel, Barbara Perrín realiza el texto de una extraordinaria obra de teatro que lleva al espectador a ser testigos del paso de la infancia a la madurez de una joven que en el entarimado teatral se desdobla en dos actrices que se acompañan, narran y conquistan la imaginación del espectador. Ese es el texto que Benjamín Cann dirige y que convierte en el espectáculo de una excepcional María Perroni Garza, quien no sólo logra meterse en la piel de la protagonista, sino se convierte en ella.

Guadalupe es una niña durante finales de los años 70, enfrentándose al reto de crecer y encontrar su identidad entre las locuras liberales de la época, una familia tan rara como cualquiera y el cuerpo en el que le tocó nacer.

Un monólogo a dos voces donde somos testigos de cómo ve la protagonista su mundo, cómo lo entiende, como lo va comprendiendo, una reconstrucción de la infancia donde no hay una mirada adulta sobre lo que se realiza, sino que se acepta y se adapta uno a las situaciones que van sucediendo, donde el exterior se enfrenta a los cambios internos que se viven.

El Cuerpo En Que Nací” es ante todo una de sus dos protagonistas, María Perroni Garza, quien se apropia del escenario mientras atrapa con su energía al espectador, quien enamora con su personaje y cuya inocencia no luce forzada, sino como un espejo de su personalidad. Ella es quien tiene la pesada tarea en escena de ser la niña que va creciendo, oponiendo su mirada a la de su acompañante, personaje que comparten las actrices Tamara Vallarta y Paulina Treviño (quien fue la alternante en la función nos tocó presenciar).

La obra lidia con temas complicados, no sólo el más obvio que es el del paso de la niñez a la adolescencia, sino que también sirve de recordatorio de la forma en que se desenvolvían las mujeres en la segunda mitad de la década de los 70s y principios de los 80s. La marginación a ciertas actividades reservadas sólo para hombres, el tener que crecer bajo la supervisión de miradas que buscan perpetuar esos estereotipos. El experimentar la libertad que da el alejarse del entorno en que se vive y lo que significa perderle por exceder lo que se tiene permitido.

Con una escenografía que magnifica las cosas, con un piso lleno de zapatos, la iluminación y la forma las actrices se apropian de todo el entorno, obliga al espectador a entrar al juego, algo que funciona casi todo el tiempo, excepto cuando las actrices hacen actividades a ras del suelo, donde por la forma del lugar, los espectadores que no están en las primeras filas se pierden las acciones.

Es muy interesante la forma narra como Guadalupe es una paria, es una outsider, es una marginal, no sólo la coloca en esta categoría el problema tiene en uno de sus ojos, sino que al ir creciendo se va involucrando con todos aquellos son vistos así por la sociedad, no importa si son compañeros de escuela, de fiesta o si son compañeros de campamento-

Quizá lo más llamativo de la obra no ocurre dentro del escenario, sino fuera de éste, cuando los espectadores comienzan a reaccionar, primero con risas, luego con  onomatopeyas y, en algunos casos, con llanto y con murmuros de identificación.

El Cuerpo En Que Nací” se presenta en el Teatro Milan, Foro Lucerna, hasta el 16 de junio 2024, los días Viernes 20:30 h; Sábado 18:00 y 20:30 h; y  Domingo 18:00 h.

Entrada general: $450 en Ticketmaster


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