Jean-Jaques Annaud siempre lo logra, al terminar una película suya siempre quedamos con la sensación de que hemos visto algo bueno, que no sólo satisface nuestras necesidades de cine comercial sino de arte. Así nos pasó con La Guerra del Fuego (Quest for Fire 1981) El Nombre de la Rosa (The Name of the Rose 1986) y, en menor medida con El Amante (L'Amant 1992) y Siete Años en el Tibet (Seven Years in Tibet 1997). Y al igual que con esas películas, al momento de mirarlas sabíamos había algo que no terminaba de cuadrar, de convencernos, aun cuando al final no podríamos decir fueran malas o incompletas.
El Príncipe del Desierto narra el nacimiento del mundo árabe moderno, el que se debate entre el deber religioso y el mundo donde el petróleo les ha hecho estúpidamente ricos. Un enfrentamiento que a la fecha aún marca el destino y caminos de la nación árabe. Tras una cruenta guerra se pacta para evitar futuros enfrentamientos, la única condición es que nadie será el dueño de la llamada Franja Amarilla. Años después se descubre petróleo en la zona y la paz se rompe.
La película tiene una de las mejores fotografías que he visto en años pasados, llena de coloridos, de emociones, todo el tiempo nos envuelve en la sensación de estar presenciando un cuento árabe, un cuento lleno de colores que avivan nuestra imaginación, con un fondo épico que nos impacta, emociona.
Si bien a la cinta le sobran como 20 minutos te mantiene entretenido, los personajes se van creando y desarrollando ante nuestros ojos lentamente, para dotarles de fuerza aunque sea leve y lograr hacer entender al espectador algunas cuestiones que si bien no son puestas de forma directa si son claras.
Se agradece que no se haya impuesto en esta ocasión a una heroína que resulta mucho mejor en el manejo de armas que el personaje principal, si bien hay una guerrera que lucha al lado del héroe no se le lleva al extremo de ser mejor que él, así mismo su pareja es fuerte, inteligente, pero no la ponen como superior, ocasionalmente es interesante ver cintas que dejan lo políticamente sin por ello ser machista o misógino.
El Príncipe del Desierto es protagonizada por Tahar Rahim, Antonio Banderas, Mark Strong y Freida Pinto
Una película que roza el mosaico histórico, el drama, la novela rosa, la épica y el aburrimiento y los grandes momentos, contradictoria pero imposible no cautivarse con ella al final, aunque al momento de irla descubriendo no parezca así.