Indiferencia toma lo más crudo de la realidad actual para mostrar un mundo donde la falta de interés, el huir de responsabilidades, culpar a los demás de los problemas propios y el completo desencanto hacia la vida pueden hacer cambiar la prespectiva de un hombre a quien no le interesa nada. Un filme que logra la reflexión sin un tono educativo, donde no hay respuestas y deja al espectador decidir y críticar libremente.
Henry Barthes es interpretado por Adrien Brody y da una de las mejores actuaciones de su carrera. Con un tono pausado e intimista, Brody toma el papel de un maestro suplente, excelente en su trabajo, no sólo sabe cómo enseñar sino también cuestiona el mundo en el que vive aunque será hasta el final que decide hacer un cambio. Con reflexiones duras y directas, Barthes es nuestro guía en un mundo donde maestros, padres de familia y estudiantes batallan día a día entre sí y contra todo.
Uno de los puntos interesantes de la película es que toca temas esenciales como la educación, el desinterés completo de los maestros por enseñar, los padres como marionetas de los hijos y no como figuras de autoridad y los jóvenes como seres arrogantes, vacíos y perdidos en un mundo que no les importa, muestra todo esto sin culpar a nadie, es una ventana a un mundo decadente y es uno, como espectador, quien hace la crítica final de los eventos. A diferencia de películas como Triunfo a la vida (Mr. Holland’s Opus Stephen Herek, 1995) o Con ganas de triunfar (Stand and deliver Ramón Menéndez, 1988) donde el enfoque principal es la educación, aquí el ambiente escolar es el pretexto para mostrarnos un mundo en el que es más fácil culpar al otro que tomar responsabilidades. A través de personajes secundarios vemos la impotencia, el enojo y la resignación de tratar de hacer un cambio y no lograrlo.
Entre una directora que es forzada a retirarse, una consejera estudiantil cansada de la falta de ambición por un futuro mejor de parte de los estudiantes, un maestro que para enseñar necesita medicarse y otro que nunca va a clases y sólo se queja cada mañana por teléfono de la tortura que es enseñar, Barthes nos abre la puerta para ver que del otro lado hay padres que sin cuestionar la conducta de sus hijos culpan al maestro cuando éste decide imponer un castigo o cuando al Estado le importan más las estádisticas que el ayudar a resolver el problema. Sumado a todo lo dicho, Barthes tiene que lidiar con su moribundo abuelo quien guarda una historia con toques de incesto, y una relación accidental y asexual con una prostituta adolescente. Con uno de los finales más emotivos, Indiferencia logra el no poder ser indiferente ante situaciones que duelen, enojan y llevan a reflexionar sobre nuestro mundo y nuestras acciones.
El filme dirigido por Tony Kaye, director de Historia Americana X, y escrito por Carl Lund combina momentos de reflexión en un tono de video diario con sucesos dentro de la escuela o en la vida de Barthes y logran una película intimista sin exagerar ni aburrir. Dentor del elenco que acompaña a Brody habría que resaltar a James Caan y su personaje del maestro que se medica para enseñar, si bien los demás actores, Christina Hendricks, Lucy Liu, Marcia Gay Harden, Tim Blake Nelson, Bryan Cranston, Sami Gayle y William Petersen dan actuaciones buenas, James Caan se roba la atención en las pocas escenas en las que aparece.
Lo único que no fue tan acertado es caer en el cliché de crear a un personaje femenino con sobrepeso, baja autoestima, problemas familiares pero una gran fotográfa y ser ésta la que resalta entre todo los estudiantes. Parece que se fueron por la vía rápida y drámatica de compilar los problemas más comunes sumado a ser la artista incomprendida, como si en cada escuela el o la chic@ gord@ sea siempre quien tiene el talento artístico. Es entendible desde el punto de vista de la fotografía de la película porque al utilizar un personaje así se pueden capturar momentos únicos dentro de la trama y darle un tono diferente visualmente sin verse forzado.
Indeferencia en su todo es una película que queda en la memoria y que sin ser un panfleto educativo logra lo que pocas películas intentan, lleva a reflexionar y cuestionar el mundo en el que vivimos sin olvidar presentar una trama convincente, personajes creíbles y un final devastador con una lectura hermosa de La caída de la Casa Usher de Edgar Allan Poe.
Los invitamos a ver el tráiler aquí.
Indiferencia
Detachment
Tony Kaye
Estados Unidos, 2011