Una de las películas más esperadas desde el año pasado en México ha sido Juan of the Dead (Juan de los Muertos), cinta cubana dirigida y escrita por Alejandro Brugués y que narra las consecuencias de una misteriosa infección que transforma en hambrientos muertos vivientes a los habitantes de la isla caribeña.
Juan y su compadre Lázaro dedican los días a sobrevivir en Cuba, pescando para comer y matando el tiempo con pequeños trabajos para subsistir. Cuando en la isla comienzan a ocurrir sucesos extraños que hacen revivir a los muertos, deciden hacer negocio con esa situación, cobrando una módica suma para deshacerse de los zombies que habitan la ciudad, dando descuentos por los ancianos y menores de 12 años, aunque cobrando el doble por extranjeros.
Antes que nada, Juan de los Muertos es una película que tiene todo que ver con cintas de zombies y a la vez tiene más que ver con el cine político. A través de una humorística cinta de terror y gore tenemos una aguda crítica a la situación social cubana, amarga y dura como debe ser. Bebe directamente de La Noche de los Muertos Vivientes (Night of the Living Dead, George A. Romero) pero es más cercana en espíritu a El Desesperar de los Muertos (Shaun of the Dead) con la que hasta comparte título.
Juan es un típico cubano que si bien no le cree todo al régimen político de la isla, no está dispuesto a irse de ella para trabajar para vivir. Para convencerse de ello repite ocasionalmente su mantra “Yo soy un sobreviviente. Sobreviví al Mariel, sobreviví a Angola, sobreviví al período especial y a la cosa esta que vino después”, el cual le ayudará cuando la isla se ve sumida en el caos.
Los habitantes cubanos son retratados como seres que se la viven vegetando en su vida diaria, sin opciones para romper el bloqueo social en el que se encuentran, engañando al gobierno para ganar dinero, utilizando los centros de reunión política para fraguar pequeños robos. Todo para que al momento de la crisis nada cambie.
Juan de los Muertos se regodea con una Cuba decadente, con edificios al borde de la ruina, sucios, descarapelados, donde la gente sobrevive más que vive. Se da el lujo de desacralizar edificios llenos de carga política, como el Capitolio, del cual derrumba su cúpula, o de ver caer el Edificio Focsa y disfrutar de nuevo un atardecer en la Habana. También crea dos grandes secuencias, una en el Malecón, donde se produce una masacre al lado de la Sección de Intereses de Estados Unidos y, otra, en la Plaza de la Revolución donde los protagonistas son salvados por una representación de Estados Unidos bajo la atenta mirada del “Che” Guevara.
Los héroes de la película son completamente estereotipos lo cual funciona de maravilla: Juan es un pobre diablo con un gran ingenio para sobrevivir; Lázaro es un tonto con mucha suerte y chispazos ocasionales de inteligencia; California es un joven cubano que sueña con tener todo lo que Estados Unidos y sólo se preocupa por su apariencia; “La China” es un travesti que no duda en usar la fuerza para matar a los zombies; “El Primo” es un forzudo que se desmaya ante la sangre; y Camila es la hija de Juan quien lo desprecia por no abandonar su estilo de vida. Todos en su conjunto dotan de vida a la cinta.
La cinta no duda en burlarse de la política noticiosa oficial que acusa de todos los males a Estados Unidos y a los disidentes políticos, negando la realidad y ocultando la información para manipularla a su conveniencia, situación de la que se burlan los protagonistas.
Juan de los Muertos es una de las más divertidas cintas de comedia gore latinoamericana y además tiene el acierto de ser una ácida crítica a la política que se desarrolla en Cuba, una mirada más honesta que visiones de aquellos que se dedican a atacar desde la comodidad de Miami. Sin duda una de las cintas imprescindibles del año. Y recuerde si al llamar le contestan con un "Juan de los Muertos. Matamos a sus seres queridos, ¿en qué podemos ayudarle?" no pregunten por la pizza o la peluquería.
Los invitamos a ver el tráiler.
Juan of the Dead (Juan de los Muertos)
Dir. Alejandro Brugués
Con Alexis Díaz de Villegas, Eliécer Ramírez, Andros Perugorría, Jorge Molina, Andrea Duro
Cuba 2010
