Una misteriosa desaparición ocurrida hace 40 años lleva a un empresario retirado a contratar a un periodista, cuya reputación ha sido destrozada por un mal artículo periodístico, para investigar los sucesos que rondaron el hecho. Durante la investigación se une a una hacker que le ayudará a resolver el misterio.
David Fincher regresa a terrenos conocidos con la cinta La Chica del Dragón Tatuado (The Girl with the Dragon Tatoo) basada en la exitosa novela de Stieg Larssen titulada originalmente Los hombres que odiaban a las mujeres y que en México es conocida como Los hombres que no amaban a las mujeres, la cual ya había sido llevada al cine en el 2009 por Niels Arden Oplev con Michael Nyqvist y Noomi Rapace en los papeles que en la versión norteamericana realizan Daniel Craig y Mara Rooney.
Es inevitable dejar fuera las comparaciones entre la versión sueca y la americana, hay puntos a favor tanto en una como en otra, imposible decir que una es mejor que la otra, en lo personal debo aceptar ambas versiones me agradaron y que si bien prefiero la adaptación hecho por Steven Zaillian hay partes de ella que son superadas por la sueca.
David Fincher crea una cinta que demuestra el gran director en que se está convirtiendo, hay un poco de casi todos sus anteriores trabajos en esta cinta, hay partes que nos recordarán inevitablemente a Zodiaco (Zodiac, 2007), la atmósfera de la cinta por momentos logra rozar aquella de Seven (Se7en, 1995), y sobre todo tenemos al genial relatador de historias que ya conocimos en Red Social (The Social Network, 2010). La dirección es uno de los mejores puntos de la película.
En el renglón de actuaciones el punto principal es si la actuación de Mara es igual o peor que la de Noomi y hay que decirlo, son dos representaciones distintas de Lisbeth Salander. Mientras Rapace logra crear un personaje lleno de matices, con una gran fuerza interna, la representación de Rooney es más conservadora, con una fragilidad que ocasionalmente muestra la fuerza interior que tiene y que le permite sobrevivir al mundo la rodea.
La música corre a cargo de Trent Reznor y Atticus Ross, quienes ya habían colaborado con Fincher en Red Social, y logran hacer un soundtrack impactante y lleno de matices. Desde el arreglo que le hicieron a “Immigrant Song” de Led Zeppelin (que seguramente hará explotar a los puristas que lo odiaran) a la música que acompaña a los protagonistas. Y es de resaltar que se hayan atrevido a utilizar “Orinoco Flow” de Enya en la secuencia lo hacen, jamás volverá a ser escuchada igual la canción.
La edición quizá pase desapercibida pero Fincher filmó varías escenas muchas veces para poder elegir la actuación más le agradara y por medio de la edición poder ponerlas todas juntas, aunque no fueran de la misma toma. Gran trabajo del director de fotografía que logra mantener la coherencia en cada una de ellas y el trabajo en postproducción es simplemente excelso.
El ritmo de la película es intenso, tras un arranque pausado que sirve para presentarnos a los personajes principales, va aumentando y aunque quizá para algunos el final se alarga en realidad lo único que hace es cerrar algunos cabos sueltos que se han ido planteando durante la cinta.
Una buena opción en la cartelera comercial que hará las delicias de aquellos no conozcan la versión sueca y que sorprenderá a los que la vieron y que dejará con gran sabor de boca a aquellos han leído los libros, con algunos detalles que no la hacen una perfecta adaptación pero si una grande.
La chica del dragón tatuado
The girl with the dragon tatoo
Dir. David Fincher
Estados Unidos/Suecia/Inglaterra/Alemania 2011