Ralph, El Demoledor; hasta los malos tienen corazón

wreck it ralph ralph el demoledor criticaHasta los videojuegos tienen rutina y como los humanos, algunos deciden cambiar su destino en busca de algo mejor. Pero qué pasa cuando el malo del juego se cansa de su papel y decide cambiar las cosas. Para Ralph, El demoledor representa una vida mejor, un ideal que está lleno de pasteles y fiestas en el Penthouse. Sin embargo, sin pensar en las consecuencias de sus actos se embarca en la búsqueda de una medalla de oro que cambie su suerte y en su búsqueda termina haciendo lo que mejor hace, destroza casi por completo un videojuego.

Gracias al esfuerzo de conseguir los permisos para usar a diversos personajes de videojuegos, Ralph, El demoledor muestra un mundo que en el presente está casi desaparecido, el mundo de las maquinitas. Creando un mundo que se une en las conexiones de luz de cada máquina y dando vida a una estación central en la que cada juego tiene su puerta, y si bien no está prohibido interactuar sí el involucarse en un diferente juego, Ralph, El Demoledor le da vida a todo aquello que uno se imagina pasa detrás de bambalinas de los juegos que han marcado a generaciones.

Sin embargo, el uso de los videojuegos dentro de la película queda a un lado para darle paso a la trama en la que uno aprende a aceptarse como uno es, a apreciar a los demás y entender que la amistad es una de las cosas más valiosas que alguien puede tener. Los videojuegos son parte de los gags de la película, elementos divertidos que incluyen referencias sencillas, entendibles para todo público sobre los malos de los videojuegos. Sin embargo, la trama no es sobre videojuegos, es una trama que se puede presentar en cualquier otro contexto, sólo que aquí lo llamativo y divertido es ver a los malos, muchas veces los más preferidos, tener problemas existenciales. Sin embargo, los momentos en los que se hacen bromas referentes a videojuegos son divertidas y arrancan risas en el momento.

Sin demeritar el esfuerzo de conseguir los permisos para usar los personajes de diversos videojuegos, el uso de éstos es mínimo y los principales son mezlcas de otros, a excepción de Ralph. Como parte de la trama principal tenemos a Hero’s Duty, una mezcla de los first person shooters, y Sugar Rush, juego de carreras a la Mario Kart pero con un exceso de azúcar, no apto para diábeticos. Son en esos tres juegos que se lleva la trama principal, dejando como secundaria lo qué es un videojuego para hacer la película un descubrimiento personal sobre el destino de uno. Con chistes sobre las acciones de cada uno de los personajes, la película arranca risas por momentos pero que queda aislados de todo lo demás. A excepción de Felix y su habilidad de reparar y Ralph, con su habilidad para destruir, se logra utilizar para resolver parte de la trama pero al final lo que importa es el sacrificio de Ralph. 

Visualmente es una delicia al ojo, cuidando detalles en los juegos y creando bromas internas como la diferencia de gráficos de un juego de 8-bits a un juego moderno, aunque en realidad en pantalla Felix y Ralph tienen la misma calidad de gráficos que la Sargento. El cuidado en el ambiente es impecable y cuando llegamos a Sugar Rush, literalmente es un “eye candy”. El 3D es bueno aunque no impresionante, tiene sus momentos especialemente al final, en la carrera y la pelea final.

Lo único desdeñable de la película es el doblaje en México, con chistes mexicanizados y voces que sólo aturden, especialmente el doblaje de Vanellope por parte de María Antonieta de las Nieves, mejor conocida como “La Chilindrina”, es lamentable. Especialmente en este tipo de juegos en el que las bromas tienen un contexto que si se cambia se pierde mucho de la escena, el doblaje sólo hace que la película sea un chiste olvidable.

Ralph, El Demoledor (Wreck-it Ralph)

Director: Rich Moore

Guión: Jennifer Lee y Phil Johnston

Estados Unidos, 2012


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