Cosmopolis, una crítica a la sociedad que se queda en el olvido

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Cosmopolis de David Cronenberg llega, por fin, a la cartelera nacional. Lamentablemente, el renombre que trae el apellido Cronenberg juega en contra de la película. A pesar de que el guión es una crítica a la sociedad capitalista y de aquellos que manejand el dinero, Cosmopolis no llega a tener un impacto debido a la terrible selección de actores para los personajes principales y el inexistente ritmo que hace que la película sea lenta y pesada. 

Como personaje principal tenemos a Eric Parker, un multimillonario que, en un arranque de vanidad, decide  ir a cortarse el cabello al otro lado de la ciudad. Sin embargo, durante el trayecto se enfrentan a diferentes contratiempos en los que vemos a Parker interactuar con su recién esposa, gente con la que trabaja en la que se nos da una explicación de quién es Parker y el porqué de alguno de sus problemas, además de otras personas involucradas en su vida, dándonos más claves sobre la vida de este personaje.

Estos momentos fuera y dentro de la limusina pretender ilustrar el mundo tan vacío y sin sentido de Parker, preocupándose de cosas que a veces ni siquiera él mismo entiende del todo, jugando con las bolsas de dinero del mundo sin interesarle nada más que él mismo, y conformo avanza la historia vemos la autodestrucción de Parker hasta enfrentarse con un mundo que sólo ha visto a través de vidrios blindados.

Aunque las diferentes locaciones que se muestran y que las escenas en la limusina nunca son estáticas, la película es lenta debido a que no hay conexión con lo que se ve en pantalla, estos personajes antípaticos y con los que no necesariamente uno debería tener empatía, tampoco transmiten el vacío y los diálogos se pierden bajo el unitono en el que están dichos. En especial, Sarah Gadon como Elise Shifrin (esposa de Parker). Lamentablemente, la crítica que encierra la trama queda dispersa en una película que no logra transmitir el mundo de estos seres alineados del mundo y de ellos mismos. 

El gran problema de Cosmopolis, aparte del ritmo, es el casting. Robert Pattinson no logra llenar los zapatos como Eric Parker, su actuación se queda a la mitad, nunca cree ser su personaje por lo que nunca logra proyectar esa sensación de vacío, más bien parece intentar representar esto y uno se da cuenta de la farsa. Sarah Gadon como Elise Shifrin, otra multimillonaria, recién casada con Parker, queda en el olvido y no porque para Parker sea tan sólo otra pieza más de un rompecabeza que a él no le importa, a menos de que tenga una utilidad para él; Shifrin no resalta en lo absoluto, sus diálogos son fácilmente olvidables y no logra tener más peso que una excusa para sacar a Parker de su limusina de vez en cuando.

Cronenberg logra una película técnicamente impecable, los momentos que intercala entre locaciones da un respiro del encierro de la limusina pero no logra transmitir lo que el guión pretende dar a entender, las actuaciones son blandas y rápidamente se olvidan, a pesar de ser personajes huecos no deberían de perderse en el olvido, al menos no tan rápido. 

Las actuaciones de Paul Giamatti y Kevin Durand son lo rescatable de la película, Giamatti logra robarse la escena en la que aparece al lado de Pattinson, aunque la interacción que tienen en pantalla logra hacer la escena memorable. Durand representa al Jefe de Seguridad y logra un trabajo que sobresale por mucho sobre Pattinson, es memorable y tiene mucho más simpatía en pantalla. 

Cosmopolis supone una crítica a la sociedad actual, a manos de Cronenberg se esperaría algo mucho más fuerte y balanceado en el todo, pero lo que tenemos como resultado es una película difícil de disfrutar, y no por el tema, además de que la elección de actores fue de lo más desafortunado de la película.

Cosmopolis

Dir.David Cronenberg

Duración: 109 minutos

Francia, Canada, Portugal e Italia, 2013


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