Ya en alguna ocasión con la primer entrega de Machete hice mención a que los hermanos Lumière inventaron el cinematógrafo con un único propósito: ver a Machete en el espacio.
En esta segunda entrega Robert Rodríguez confirma tal suposición, Machete Kills, desde su anuncio se convirtió en una de las cintas más esperadas por los fans del director y del género, cumple plenamente con las expectativas de su público con creces, con una historia que sobrepasa los límites de la imaginación de cualquier fanático de Star wars, animación japonesa, spaghetti western o gore.
Por lo tanto, la historia definitivamente no es difícil de digerir, con ciertos límites de predecibilidad que la convierten en un guión cargado de acción, efectos acordes al estilo, actuaciones increíbles y el toque necesario para ser una gran película de un agente 007 a la mexicana, con todo lo que ello implica, incluyendo los toques de sarcasmo, las mujeres y las armas de última tecnología (incluso los machetes).
Por supuesto la crítica social se encuentra en evidencia en la cinta, un tema de actualidad como lo es la inmigración también es parte de la historia, la doble postura americana al respecto, el sentimiento nacionalista engañoso y la forma de hacer justicia por su propia mano son un reflejo de la realidad que Rodríguez no podía dejar de lado mediante las situaciones hilarantes.
Pero tampoco nos desviemos de la cinta, en una lectura simple es una película que cumple, pero al mismo tiempo promete, nos deja con la ilusión del verdadero objetivo: la tercera parte, deja un buen sabor de boca pero también una sensación de que algo falta, demuestra al mismo tiempo que una buena historia, no importa como sea presentada seguirá siendo buena, pero con la dirección que tiene termina siendo excepcional.
Por último, es importante esperar a la tercera entrega para poder valorar por completo tanto la historia como la estética de la misma, los elementos de los diferentes géneros parodiados son y serán para la construcción de historias en el cine un nuevo referente. A final de cuentas, el objetivo del cine está por lograrse.
Otra crítica de Machete Kills aquí.