La Opera Prima de Alonso Ruizpalacios, Güeros, es un canto de amor y odio a la ciudad de México, un lugar donde nadie parece comunicarse con los otros, donde la soledad atrapa a todos sus habitantes, donde el individualismo esta sobre todo. Una película divertida, que busca ser más de lo que a primera vista se ve. Desafortunadamente sus aciertos se opacan por el tono clasista que mantiene, así como su visión deformada de lo que fue la huelga que paralizó la UNAM en el 1999.
Tomás vive con su madre en Veracruz, cuando una broma sale mal, es enviado al DF con su hermano mayor quien vive en un departamento al sur de la ciudad, donde mata el tiempo con su amigo Santos, en espera acabe la huelga universitaria. La llegada de su hermano, obsesionado en encontrar a un viejo compositor, les llevará a recorrer la ciudad para hallarle.
Güeros es una película filmada con una gran calidad en sus imágenes, el director apoyado en su director de fotografía, Damián García, logra llenar la pantalla con algunas de las mejores tomas que hayamos visto en películas mexicanas en los últimos años. La fuerza visual de la película nos revela a un director con un gran ojo y una sensibilidad que sorprende para mostrar su entorno.
Técnicamente es poco lo negativo que se puede encontrar en la cinta, quizá un par de escenas forzadas como la del activista de la huelga que lanza su desprecio contra la historia que se está narrando, con todo y claquetazo incluido, así como la fiesta del cine mexicano, hueca, sin sentido, un homenaje forzado a Los Caifanes (Ibañez 1966) y más forzado aún a La Dolce Vita (Fellini 1960).
Es de destacar que si bien el pretexto del viaje hacen por el DF es el hallar a un viejo y olvidado cantautor que hizo llorar a Dylan, jamás escuchamos una canción suya en la película, en lugar de ello cada vez que los protagonistas escuchan algo de él, el silencio llena el lugar, dejando al espectador libre de imaginar esa melodía.
Güeros es clasista. Cierto, el mexicano no es racista, es clasista, es capaz de soportar cualquier tipo de persona si tiene dinero y en esta película el no tenerlo te hace pobre, lo que a ojos del director te convierte en un ladrón, en un adicto, en un borracho, en un ser malo. La forma en que se aborda a aquellos que tienen el mismo estatus de los protagonistas es terrible, falso. Y no sólo lo es con la gente sin dinero, la forma en que presenta a un personaje con discapacidad intelectual es poco sensible, los protagonistas se aprovechan de él, de su inocencia, burlándose de alguna forma de su situación.
Y llego a otra cuestión donde el director muestra su escaso conocimiento de hechos. El retrato que hace de la Huelga del 99 en la UNAM (sí, es claro, obvio, es a ella a la que hace referencia aunque haya smartphones y otras cosas actuales) es de caricatura. Pareciera que se inspiró en las “notas periodísticas” que TV Azteca le dedicaban al movimiento y a descalificar a los que estuvieron en él. Bajo su interpretación todo era una fiesta, un motivo para estar borracho, drogado, para estar en la hueva total, para no hacer nada. La forma él ve las Asambleas Estudiantiles es tan falsa que en lugar de molestar produce tristeza por su maniqueísmo.
Güeros no dejará a todos satisfechos, aquellos que desconozcan la Huelga del 99 o no les importe el clasismo de la cinta, sin duda disfrutarán ampliamente su experiencia. Para los que vivieron el movimiento será molesta la caricatura del mismo hace el director. Y para todos los hipsters nacionales, les garantizo orgasmos seguros.
Director: Alonso Ruizpalacios
Guión: Alonso Ruizpalacios, Gibrán Portela
Con: Tenoch Huerta, Sebastián Aguirre, Ilse Salas, Leonardo Ortizgris
Música: Tomás Barreiro
Fotografía: Damian García
Estudio: IMCINE, Postal Producciones
Distribuidor: Cine Caníbal
Fecha de estreno: 57 Foro de la Cinetca (México)
País y año: México, 2014
Duración: 106 minutos