Miss Hokusai y la sumisión grandiosa

Miss-HokusaiEl realizador Keiichi Hara nos revela la antigua Edo –Tokio en la actualidad-, en el sensacional largometraje japonés de animación Miss Hokusai con tan sólo unas pocas, aunque precisas, pinceladas de la historia de O-Ei, la hija artista de Tetsuzo Hokusai, el pintor de la icónica estampa La gran Ola, mismo que influyó a grandes pintores del impresionismo francés (entre otros).

O-Ei, artista también, ha heredado el talento de su padre (hombre paenas interesado en otra cosa además que su arte) y trabaja con él en sus jornadas interminables entregando obras, haciendo otras sin su propia firma –entre ellas, una serie de pinturas eróticas que su padre critica por su falta de conocimiento en la maestría- y tomando el lugar de su éste en la educación de su débil y enferma hermana ciega, con quien desarrolla un apego que le hará presentir incluso la hora de su muerte.

En medio de varios episodios, muchos lindantes en el onirismo y el esoterismo (uno de ellos en los que su padre le explica cómo debe cerrar un cuadro por el que escapan los demonios, acción con la cual se nos explica también a los espectadores comunes lo que es el inicio del arte del manga y el ánime), Keiichi Hara nos sumerge en una historia del talento sometido a los dictados de la época (aun cuando O-Ei sea capaz de contratar un prostituto para conocer los dictados de la pasión que tantas críticas le causaron), de paternidad transferida (misma que será un flaco sustituto a las necesidad de una hermanita carente de amor hacia la que siente haberle robado el sentido de la vista), y de comunión con un arte exquisito y maravilloso capaz de dejarte sin padre, hermana, ni pareja, y por el que tampoco se recibirá el crédito merecido.

Aun cuando la belleza del filme se haga sublime en muchas de las secuencias, esta biopic nunca se abarata con un sentimentalismo retrógrado propio de muchas biografías hollywoodenses: su contenido guión le impide que muchos de los capítulos se hilvanen para “redondear” la narrativa como lo exigiría la dramaturgia occidental. Pero ello, de ninguna manera evita que el filme sea conmovedor y edificante -aunque nunca complaciente.

Basado en el manga “Sarusuberi”, la reivindicación de este personaje femenino de la historia del arte mundial, no pudo tener mejor medio para lograrlo: este es un bellísimo filme que se aleja de cualquier reapropiación feminista, para convertirse en todo un espectáculo sobre la deuda humana que tenemos con el más allá al habernos otorgado el privilegio de la vista.

Miss Hokusai ganó el Premio a Mejor Animación en el Festival de Cine Fantástico de Sitges en 2015 y es uno de los baluartes estéticos de la actual Muestra Internacional de Cine en la Cineteca Nacional.


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