Un director que se ha visto envuelto regularmente en la polémica es el danés Lars von Trier, desde los tiempos donde formaba tiempo del Movimiento Dogma pasando por el escándalo del Festival Internacional de Cine de Cannes, siempre parece dispuesto a provocar, y en muchas ocasiones, sólo hacerlo por el afán de hacerse notar y que la mirada de sus seguidores y la crítica internacional se posen en él. Ahora, con su nueva cinta, “La Casa de Jack” no busca alejarse de su estilo, en cambio, por primera vez lo vemos asumirle de forma total, como si quisiera mandar al diablo a todos y sólo complacerse a él mismo.
Jack es un asesino en serie. A través de seis historias podemos conocer sus acciones, sus pensamientos, sus reflexiones. Cada fragmento nos adentra en su mente y en su obsesión de eliminar lo que le estorba.
Lars von Trier se anota un gran hit con esta cinta, no sólo nos muestra todo aquello que podemos decir forma parte de su sello como director, sino que no se preocupa por justificarle, simplemente lo va lanzando, en espera de que la gente lo disfrute, lo relacione a lo que ha hecho antes, por primera vez desde “Los Idiotas” (“Idioterne” 1998) podemos apreciar al director que provocaba sin buscar con ello sólo impresionar a las élites de la crítica festivalera, libre, sin mayor placer que contar algo bajo su perspectiva sin importarle nada.
A través de las historias que nos muestra, podemos no sólo apreciar la forma en que la mente del personaje se va enfocando más y más en matar sin un sentido, sino que nos lleva a la mente de un director que busca legitimarse ante sí mismo, aceptando sus cintas como algo que no requieren la aprobación de otros para existir, asumiéndoles como el arte que él desea otorgar al mundo, sin que ya le moleste que éste lo entiendo o no, sus películas se convierten en esta cinta en “La Casa de Jack”, siendo el círculo perfecto para lo que vemos en pantalla en esta ocasión, la casa que el personaje construye se vuelve la metáfora de las cintas del director. La cinta rinde diversos homenajes a las cintas y directores que influyeron la carrera del director, pasando por Tarkovsky o Hitchcock, sin dejar de lado la filosofía, la pintura y, sobre todo, la religión, sin dejar de lado las referencias a los diferentes asesinos seriales o casos emblemáticos de indiferencia social ante la muerte (como el caso de Kitty Genovese).
“La Casa de Jack” es una película que más que leerse debe verse, que debe experimentarse la sensación que provoca en cada espectador, no es un trabajo fácil, es pesado, es denso, lleno de oscuras referencias intelectuales, pero sobre todo, se siente un trabajo liberador en la carrera del director, uno que podría definirle en futuras cintas, uno que si bien no es el mejor o uno de los más interesantes de su carrera, si es uno que le puede llevar a otros rumbos, unos donde no busque la aprobación internacional sino sólo crear arte sin importarle nadie más que su opinión.
“La Casa de Jack” complacerá a un sector de los seguidores del director, a otro le hará sentir que fueron estafados, sin duda alimentará el odio de sus haters y la incomprensión de aquellos quieren todo digerido, poderosa visualmente y que, sobre todo, puede interpretarse como el gran “Fuck the world” de Lars. La cinta forma parte de la Muestra Internacional de Cine de la Cineteca Nacional.
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